VISITA A ESTADOS UNIDOS
Sánchez: debilitado en casa, reputado en la ONU
El presidente llega a Nueva York con una imagen lastrada en España, pero aplaudida en el exterior. El jefe del Ejecutivo anula las declaraciones ante la prensa previstas a su llegada a la Cumbre del Clima
Pedro Sánchez abre su agenda este lunes en Nueva York casi como un profeta fuera de su tierra. En el año y cuatro meses que dura su mandato, el presidente -ahora en funciones- se ha labrado una favorable reputación internacional y ha conquistado cierta notoriedad para un país como España, que no siempre tiene silla en los foros decisivos, y que en etapas anteriores tampoco había mostrado interés excesivo por la proyección exterior en un mundo global. El predicamento de Sánchez en el extranjero contrasta con su imagen en la arena estatal, debilitada por la investidura fallida, el fracaso de las negociaciones y la repetición electoral del 10 de noviembre. No parece querer que la frustrante política nacional contamine el viaje: la primera decisión al pisar Manhattan ha sido suspender unas declaraciones ante la prensa que estaban previstas para el inicio de la jornada, sin que fuentes gubernamentales hayan explicado a qué se debe la anulación.
El candidato socialista llega a Estados Unidos para participar en la Cumbre del Clima y en la Asamblea General de la ONU, citas que coinciden con el arranque de la precampaña. Para el Gobierno, el compromiso es “irrenunciable”. Ausentarse hubiese sido “negligente” por la relevancia de trabajar en la proyección de España en el exterior, especialmente ahora, en un mundo cada vez más interdependiente en que los conflictos que atraviesan el planeta afectarán también a los españoles, señalan fuentes gubernamentales. El enfriamiento económico, el ‘Brexit’ y el calentamiento global son algunos de ellos.
A diferencia de Mariano Rajoy, que envió a Felipe VI y al ministro Alfonso Dastis a la ONU, Sánchez acude en persona a los compromisos internacionales. Su dominio del inglés le permite una interlocución directa y más espontánea con sus homólogos, a diferencia de su predecesor, sometido a los corsés de los intérpretes. Además, suele cerrar varias entrevistas (esta vez también lo hará) con grandes medios de comunicación, algo que contribuye a forjar una imagen de liderazgo en el exterior.
Desde junio del 2018 el líder socialista ha realizado 36 viajes internacionales, ha asistido a 11 Consejos Europeos, ha hecho 42 visitas al extranjero y ha participado en 19 eventos multinacionales en España, según datos de la Moncloa.
VIAJAR ANTE EL 10-N
¿Tiene un coste electoral acudir a las citas en Nueva York ahora, con el sentimiento de frustración que invade a los españoles por el fracaso de las negociaciones a flor de piel? El equipo presidencial cree que es a la inversa. “El coste sería ausentarse de un compromiso internacional de primer orden para hacer un mitin de precampaña”, explica uno de los colaboradores gubernamentales. “Nueva York siempre estuvo en la agenda, nunca se quitó, porque es una cita irrenunciable, y la cuestión de la investidura quedaba resulta antes, para bien o para mal”, sostiene el entorno de Sánchez.
En efecto. Este lunes expiraba el plazo para una investidura, de forma que, de haber sido reelegido presidente del Gobierno el domingo, el socialista hubiese podido viajar igualmente a Nueva York, y llegar a su discurso en la Cumbre del Clima (este lunes a las once de la noche, hora española). Cambia, y no es un detalle menor, el estatus. Fuentes muy próximas al jefe del Gobierno admiten que "estar en funciones supone un desgaste institucional” ante las miradas internacionales, pero lo cierto es que su equipo ha conseguido amortiguar ese lastre y colarle en un lugar aventajado en la ONU.
Sánchez hará su intervención ante la Asamblea General este martes, apenas unas horas después de que el Rey firme en el palacio de la Zarzuela el decreto de disolución de las Cortes que lleva a la convocatoria electoral. Lo hará con la fragilidad de un presidente en funciones “que no va a llevar a Nueva York la política española”. Pero lo hará, también, en el grupo privilegiado de oradores en la ONU, en la jornada inaugural, en lugar del tercero que correspondería a España. Por la hora de su intervención, está en el aire si veremos o no una imagen con Donald Trump, y las esposas de ambos en la recepción en el hotel Palace. Sánchez acudirá a la invitación, pero nadie garantiza que le dé tiempo a posar con el presidente estadounidense en la fotografía oficial. Mejor o peor. Reflexión abierta.