Heraldo-Diario de Soria

Fernando G. Córdoba

'Aquí se trata de España'

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ES POSIBLE que don Miguel de Unamuno fuera el último español (‘¡Pues sí, soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo’) al que le dolía España. Dolencia, pues, superada por ignorada. Y el caso es que España, esa misma España de los poetas del pasado siglo (‘Desgraciado de aquel que tiene patria, / y esta patria le obsede como a mí’, Blas de Otero) se encuentra en un mal trance. Pero ya no hay poetas a los que obsesione la patria. Ni poetas, ni albañiles, ni abogados, ni maestros, ni doctores…

Tal vez no haya ni patria o, al menos, mucha gente de este país no parece tener muy clara conciencia de cuál es la suya. Pero, a pesar de todo, como escribió otro poeta del siglo XX (¡aquellos eran mejores tiempos para la lírica!), ‘Aquí se trata de España’ (R. Alberti); eso sí, de una España de mercachifles, tahúres y fulleros; de vendedores de humo y  mesías fariseos. El sábado, en nuestra plaza Mayor, ante el Palacio de la Audiencia, nos concentramos en torno a medio centenar de sorianos, como lo hacían en ese mismo momento muchos ciudadanos españoles en todas las ciudades del país, no sé si porque nos duele España pero, al menos sí, porque nos preocupa. Aquí, en Soria, Jesús de Lózar dio lectura al manifiesto de la plataforma Libres e Iguales redactado por el filósofo Fernando Savater, quien comenzó su escrito recordándonos lo que debería ser obvio, dónde vivimos:

‘Todos nosotros tenemos la suerte de vivir en un Estado de derecho. En España’. Para referirse más adelante a la ‘mutilación sectaria’ que desde el gobierno de Cataluña se pretende. Buena cuenta dan hoy los medios de lo ocurrido ayer en aquel rincón de España. Y concluyó con un llamamiento; mejor dicho, una exigencia al gobierno de España para ‘que defienda con firmeza nuestra ciudadanía común’. Pero vivimos tiempos turbulentos de mucho político mediocre, a la par que ambicioso y, lo que quizá es peor, indiferencia y dejadez en una buena parte de la sociedad, hastiada y fatigada y quién sabe si hasta, en parte y  en cierto modo, narcotizada.

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