Su supervivencia sí, España, no
DECÍA A. Machado que «todo necio confunde valor y precio», claro que el poeta que puso colores al silencio de Soria, «tengo dentro de un herbario / una tarde disecada / lila, violeta y dorada», no pudo augurar le necedad de la clase política de su país un siglo después, cuando por Baeza rimaba, entre añoranzas, su dolor. Esta España de hoy es el reino donde impera la necedad, la estupidez y la picaresca: «Conviene ceder el paso a los necios y a los toros», dice un axioma de esta tierra de la altiplanicie celtibérica, pues quien necio es en su villa necio es en Castilla» apostilló don Miguel de Cervantes. Que, ¿ quienes son los necios?, los que quieren parecer sensatos cuando cometen el mismo error o tontería dos veces seguidas transmitiendo como si fueran Demóstenes, Churchill o, nuestro Cánovas – por hacer patria – sus exabruptos que obvian la más elemental ética democrática… Ah, la ética, ahí están quienes crucifican al exministro Soria y ponderan al cineasta Almodóvar que representará a España en los Oscar, cuando su pecado de papeles en Panamá es el mismo.El expresidente de Extremadura, José Antonio Monago, clama en los medios la necesidad de formar Gobierno «por pura supervivencia».
Esta es la madre del meollo, del caos político actual: la supervivencia. Más les valdría a estos próceres que desconocen la Historia, saber que en el s. XIII, estando reunido el llamado Concilio de Viterbo para la elección del nuevo Papa, 1268, por muerte de Clemente IV, reunido el cónclave cardenalicio en encarnizada lucha política de intereses, sin ponerse de acuerdo en la elección – bloqueado diríamos hoy -, tras 34 meses de dimes y diretes, se les redujo las raciones de pan y agua quitando el techo al palacio papal de Viterbo. Resultado, tres de los veinte cardenales murieron, , sí, pero el papa electo Gregorio X sacó la «constitución apostólica» ‘Ubi Periculum’ cuyas normas de procedimiento acababan con futuros diálogos de besugos, con los enfrentamientos cardenalicios. Esa es la solución para acabar con el problema, adiós a la supervivencia de estómagos saciados, al parné, a la pasta gansa, la guita, el maní, los euros…
¿Cobrarán sus Señoría por un año de vacaciones, de no hacer y sí deshacer?, no lo duden. El diputado debería ser asalariado según su trabajo y su jubilación, como la del resto de los españoles, contribuyendo el mismo, al Régimen General de la Seguridad Social, por lo que la prebenda del fondo de jubilación del Congreso, Senado…etc, desaparecería.
O sea, el diputado mudo que pague su jubilación; debería desaparecer el privilegio de votar sus propios sueldos, prebendas y privilegios, su seguro de salud, sus vacaciones… y, no más de dos legislaturas, para que luego se incorporen a su trabajo anterior – suponiendo que lo tengan pues en Soria ya hemos visto que algunos han cobrado del paro, y bien -; ¿por qué no se eliminan instituciones obsoletas que sirven para recolocar a los que no tienen ganas de trabajar y sí un tremendo amor al dinero?; cambien Uds, ¡Ya!, la Ley Electoral que es un fraude, copien de la francesa para que en segunda vuelta salga siempre quien ha de gobernar; acaben en su harakiri particular con la tela de araña del gran enchufe, de tanto paniaguado y mamandurria de los partidos políticos, ejemplo nefasto de nepotismo y clientelismo en su voracidad sin límites… el balar de los rediles se escucha en todos los rincones de España; que ningún partido, ni central sindical, ni organización empresarial … cobren un euro más de lo que paguen sus afiliados.
Decía el académico Ansón en su artículo ¡Qué asco!, «… pero ahí continúan los políticos cerriles y estúpidos disfrutando a manos llenas y estómagos saciados de las luces del poder sin advertir de que están asistiendo al esplendor del incendio…». Se trata, pues, de su supervivencia. Si vamos a las terceras elecciones, ¿cobrarán los partidos políticos por tercera vez por los votos obtenidos?, no lo duden, si. Qué asco!.