La Soria vacía
HE TERMINADO de leer en estos días ‘La España vacía’, el ensayo de rotundo éxito con el que su autor, Sergio del Molino, clama contra lo que él denomina el gran trauma y que no hace referencia sino al éxodo que en la España de los años cincuenta y sesenta del pasado siglo se produjo desde el interior a la periferia. El libro es también un homenaje al agonizante mundo rural.
En el capítulo II, precisamente el titulado ‘El gran trauma’, Sergio del Molino hace un repaso por el cine, la literatura y la música en relación con la España vacía. Y echo de menos en el recorrido que, obviamente no pretende ser exhaustivo, la contribución que desde nuestra provincia (estandarte donde los haya de la España vacía) o relacionado con ella se ha hecho a la denuncia de este gran trauma.
Por empezar por el cine, como hace el autor del libro, de Soria es Mercedes Álvarez que con su magnífica ‘El cielo gira’ puso en las pantallas un punto de extraordinaria sensibilidad sobre el gran trauma de la despoblación. Posteriormente, Lorenzo Soler, estrechamente ligado a nuestra provincia también trataría el tema en el film ‘El viaje inverso’.
En el campo de la literatura, Sergio del Molino habla, por supuesto, de Machado, Delibes, Julio Llamazares… pero me falta nuestro nunca olvidado Avelino Hernández, cuya obra toda es un canto a la España vacía, con títulos tan significativos como ‘Una vez había un pueblo’ o el sobrecogedor ‘La sierra del Alba’ sobre la agonía de esta sierra de las Tierras Altas sorianas. No olvidamos tampoco los poemarios de Fermín Herrero.
Y si en el mundo de la música se refiere muy especialmente a José Antonio Labordeta, me pregunto si no fue un auténtico homenaje a esa España vacía, el éxito musical de los años ochenta del siglo XX, ‘Camino Soria’ de Gabinete Caligari.
Estas son algunas de las creaciones en distintos ámbitos de las artes que desde Soria contribuyeron a esa denuncia de la pertinaz despoblación que como la lluvia fina, -o quizá más bien como un chaparrón- caló tan y tan hondo en la España interior. Nuestra provincia no es sino un buen ejemplo de ello, la Soria vacía.