La incultura&La Política
¿Es lA Política un exponente de la Cultura?, o, ¿es al revés?- ¿Dónde hay más Cultura, en Venezuela, Corea del N…, o, en Suecia, Francia…?. ¿Por qué la izquierda se cree que no hay Cultura más allá de sus planteamientos?, ¿de dónde le viene ese supremacismo tan agotado –ver el mapa mundial– como irreal?. ¿Viene tal proceder de los saltimbanquis subvencionados de los premios Goyas o de las aberrantes exposiciones que califican como Arte?. Mientras, la derecha acomplejada, salvo media docena larga de escritores en empaque nacional parece protagonizar el silencio de los corderos. Y lo mismo pasa con el rebaño digital donde la incultura y los exabruptos brillan desdeñando cualquier ápice cultural, incluso en Soria aparecen culturetas, que no han leído jamás un libro, sembrando doctrina. ¿Son los políticos más cultos que el resto que formamos la gleba?. No es no.
El viejo rokero Loquillo decía en este medio (’Papel’ martes 19) que «ahora expresarte libremente es como jugarte la puta vida» y servidor añade, porque te encasillan, te ponen una cruz y pasas al Gólgota de los odiados de los tan sectarios como incultos. O, estas ‘apesebrao/subvencionao’ o no eres nadie en las mal llamadas redes sociales. ¿Qué pensarían de estas ‘fazañas’ los políticos y coetáneos de la II Republica?, los Azaña, Marañón, R. Menéndez Pidal, J. Ortega y Gasset, Manuel García Morente, Unamuno, Baroja, Salvador de Madariaga, Casares Quiroga, Niceto Alcalá Zamora, Juan Ramón Jiménez o el respetado Claudio Sánchez Albornoz, presidente en el exilio?. Ortega, reinaugura el Ateneo de Madrid a principios de mayo de 1946 y dice en su discurso: «Mientras otros pueblo están enfermos, casi todos, el pueblo español, lleno de defectos y de hábitos torpes, ha salido con una sorprendente salud». Sería, también, bueno recordar a los políticos de la Transición, verdaderas personalidades, ¿qué opinaría Alberti de los políticos de hoy?.
¿Tiene color la cultura?, ¿quedan librepensadores en este País?, no lo parece pues se avecina que va a quedar todo como un erial donde solo anida la cizaña del odio y del clientelismo garbancero ante el pasmo de los sin voz que desasistidos, asisten y ven a los liberticidas manipuladores hasta en los pornográficos programas serviles de las teles. Pero, tranquilos colegas, que España aguanta todo.