Consenso a la carta
HAY polémicas que parecen imposibles y, sin embargo, en política se organizan de manera muy sencilla, casi de forma natural, y hasta logran enredar al ciudadano ajeno a las luchas partidistas. Está sucediendo con el IVA, ese que el Estado debe a las autonomías desde finales de 2017 y que para Castilla y León supone un pufo de 142 millones de euros, con los que se podrían hacer muchas cosas en la Comunidad o, como mínimo, ayudar a reducir el déficit que supone la prestación de servicios a los castellanos y leoneses porque la financiación autonómica no es la adecuada. Es un dinero que se debe a todos los ciudadanos de Castilla y León y parece imposible no estar de acuerdo en querer cobrarlo. Pues los políticos sí son capaces de no ponerse de acuerdo en el interés común. Claro, el problema surge por las siglas. Como ahora quien tiene la obligación de pago es un gobierno central liderado por el PSOE, los populares se ponen muy duros en la exigencia y no dudan en recurrir a la descalificación, mientras los socialistas se agarran a un clavo ardiendo para no sumarse a una reclamación justa, igual que la que se realiza sobre el pago de la dependencia, para lo que el Estado debía aportar el 50% y solo pone un 23. Eso ha pasado con gobiernos de diferente color y la intensidad en la reclamación parece distinta en cada partido según el momento. El socialista Luis Tudanca añora ahora la voluntad de consenso autonómico de Juan Vicente Herrera a la hora de hablar de la financiación. Quizá para el líder del PSOE fue más fácil sumarse a ese consenso porque cuando se puso encima de la mesa estaba Rajoy en la Moncloa. Herrera es el que demostró valentía para enfrentarse, si era necesario, a su propio partido nacional cuando tocaba defender las alubias de los castellanos y leones, por lo que no dudó en aliarse con la oposición para ello. Pero claro, el consenso lo es menos si se pretende que sea a la carta y cuando interese se transforme en silencio para no molestar a Pedro Sánchez, que bastante tiene el hombre con tener que recibir a Quim Torra como le ha mandado Gabriel Rufián. Y tampoco ayuda mucho al consenso el portavoz parlamentario del PP, Raúl de la Hoz, porque, aunque tiene razón en sus reclamaciones, los calificativos dedicados al PSOE hacen más difícil la unidad para reclamar al Estado. Así que no habrá consenso para defender a la Comunidad, algo que no parece muy comprensible desde el punto de vista de los ciudadanos. Con Herrera ese consenso era el menú del día. Ahora solo es posible a la carta, pero es demasiado cara.