¿Peligran las fiestas de San Juan?
NO se trata de meter miedo, pero podría ocurrir que los metomentodos , radicales de la progresía, quieran acabar con las Fiestas de Toros, avisar ya han avisado, con la Fiesta Nacional, habida cuenta que su fundamentalismo «anti» les lleva a acusar al cuento de la Cenicienta como machista por lo del Principe; del «mobbimg, bullyng y maltrating» del gallo a las gallinas o, del hombre a las vacas por ordeñarlas. Esta es su filosofía social plena de estética verborraica, estética fingida o, si no vean cómo han cambiado la forma de hablar el idioma de Cervantes, de comportarse y hasta del vestir. Es la incoherencia de ser institucional en los discursos pero ¿social? a la vez, de llevar corbata y pañuelo palestino según convenga cuando lo cierto es que ninguno de sus «looks» resulta creíble.
Y si la amalgama de minorías que sostiene el sombrajo del gobierno exigen, acabaremos pagando las onerosas facturas que piden. Inquietud hay porque vemos como el doctor Sánchez se pliega a cualquier tentación porque la necesidad provoca pavor a no poder sentarse en la poltrona monclovita. Pero no solo son las minorías que, ministras hay, que ya han manifestado que quieren acabar con los toros, la caza, la pesca y el sursum corda según nos dice la RAE, no la liturgia.
La Tauromaquia es patrimonio histórico y cultural de España, incluyendo el conjunto de actividades artísticas y productivas, la crianza y selección del toro de lidia, que confluyen en la corrida de toros moderna y, en los miles de festejos populares que crean ese Patrimonio Cultural Inmaterial. La Fiesta Nacional está blindada por la Ley que ya en su preámbulo argumenta tanto sus valores «económicos de primera magnitud» como su «apuesta ecológica como salvaguarda de la dehesa y de la especie del toro bravo». Bien de Interés Cultural por su relevancia desde tiempo inmemorial, en la tradición, la cultura popular, la artística, la literatura, el lenguaje cotidiano, el arte culinario, la pervivencia de industrias artesanales, la conservación de la naturaleza…, singularidad y relevancia a conservar en su esencia para poder legarlo a generaciones futuras. Y así ha venido siendo desde que Alfonso X «El Sabio» lo contemplara y regulara en sus Partidas. Pero esto no parece bastar para los liberticidas que quieren el RIP al toro bravo. Ya veremos.