Heraldo-Diario de Soria

Fiscalidad diferenciada vs 'diferencialidad fiscalizada'

El licenciado en Derecho Agustín L. Álvarez reflexiona sobre los argumentos que demoran la aplicación de la fiscalidad diferenciada e insta a que se ponga en marcha cuanto antes

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La libre competencia en el mercado de la Unión Europea (UE) está sometida a un férreo control que pretende garantizar que todas las empresas tengan una igualdad de condiciones en el desarrollo de sus actividades.

Las Directrices de la UE sobre ayudas estatales de finalidad regional, sin embargo, se abren paso en este altamente protegido marco de igualdad para conseguir que las regiones europeas menos favorecidas dispongan de herramientas que contribuyan a recuperar el retraso que sufren.

Habida cuenta de que los técnicos de la Comisión Europea han dictaminado que es preciso un impulso vital y urgente para la “supervivencia” de nuestros territorios y nos permite implantar una reducción del 20% en los costes laborales de las empresas, la verdad que lo primero que se pregunta uno es ¿a qué estamos esperando?.

Uno de los argumentos esgrimidos por quienes manifiestan su apatía para implantar esta medida parece ser que no ven con buenos ojos que las empresas puedan incrementar las cuentas de resultados sin que ello lleve aparejado una creación de empleo de igual magnitud. También se ha oído recientemente argumentar que la fiscalidad diferenciada por sí sola no resuelve nada ya que debe ir acompañada de servicios.

Realmente estos argumentos parece que conducen, más que a apoyar la fiscalidad diferenciada que también dicen apoyar, a “fiscalizar la diferencialidad” que ya ha sido proclamada favorablemente por las autoridades de la Unión, es decir, a cuestionarse la medida que ya nos viene facilitada desde Europa.

En mi modesta opinión no estamos ante argumentos válidos. Otra cosa es que también existan otros argumentos que desconocemos o que no se quieran desvelar.

No se trata, a estas alturas, de confundir el todo con la parte. Evidentemente una fiscalidad diferenciada es mucho más que implantar esta medida concreta. Ello supone un estudio completo de como puede utilizarse la fiscalidad como conjunto de herramientas que favorezcan este, ya demasiado manido, tema de la despoblación.

Pero es cierto que no podemos esperar más, hay que empezar a actuar, ¡ya!, porque con palabras o meras intenciones no se consigue nada. Y qué mejor que empezar sin experimentos, con una medida que ya está contrastada y está funcionando durante mucho tiempo en otros países con resultados positivos. Empecemos ya, con paso corto y vista larga, como nos enseñaron a caminar nuestros mayores.

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