Heraldo-Diario de Soria

¿El declive de la formación humanista?

Juana Largo alerta contra el 'destierro' del estudio de las Humanidades y su sustitución por los valores mercantiles del capitalismo

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¿Qué podemos opinar –y no tienen por qué ser propias esas palabras de la firmante de este artículo- si viene diciendo alguien, por ejemplo?: “Hemos tenido tan malísima impresión, con eso de que eran religiosos, pero en el fondo hombres, de los curas en España, que nos dan ganas de maldecir precisamente la religión. Pero nos damos cuenta de que, aunque el ejemplo material que se ha dado de la religión es tan, tan nefasto, sin embargo, podemos llegar a valorar la religión…” ¿Qué podemos decir a esta afirmación?... Ah, por supuesto, no esperemos nada de nuestras sociedades actuales. No está el horno para bollos, nos dicen continuamente estas sociedades.

Para lo que no están nuestras sociedades (me refiero al rompecabezas de la política española) es para dar formación ni religiosa ni cuando menos humanística. Todo se sumerge bajo la presión de la producción, sea desde un punto de vista capitalista o lo sea desde el anticapitalista, pero todo sumergido y en esa marea, que o tomas una circunscripción o tomas por fuerza la otra, no podemos, no tenemos ni tiempo ni ganas para ocuparnos de esos aspectos ya mentados. Hay que ser un héroe para hablar de mecanismos religiosos allá donde se habla de mecanismos materiales de producción o de consumo, más se puede decir, las ciencias se han volcado de tal manera con este tipo de sociedad, que ni existen en esencia y solo existe de ellas lo “aplicable” para el sistema económico, o sea no hay ciencias, pero lo que sí hay es técnicas, las hay a patadas, y ahora todo el mundo es “técnico” de algo…

¿Dónde se puede hablar o hacer fe de religión en nuestro rompecabezas de sociedades?... ¿En la casa particular de cada uno?... Sabemos que es imposible en tanto las casas particulares de las gentes estén desposeídas de su morador por la sencilla razón de que no son propias de cada uno y todas pertenecen a la base o infraestructura del sistema económico reproducido. Ni en nuestra casa podemos hablar de religión.

Hay que remarcar el valor humanístico, en fin, no el valor material que, en nuestras colectividades, se interpreta biológicamente, formando una sociedad cuasi-zoocrática, dejando la Ciudad de Dios fuera de onda de estos emplazamientos que ni nos damos cuenta ya de dónde estamos…

La cuestión es dónde situarse, si no es en nuestras colectividades o sociedades, con una actitud, de pensamiento y de expresión, libre frente a una autodenominada Sociedad –que ni siquiera la comparte un auténtico socialista- que no es más que una merienda del Ku-klux-klan, y creemos, desde este atril en el que exponemos estas líneas, que, dado que esa Sociedad, niega esa libertad, y como nosotros estamos al lado o ladeados de esa libertad, no la encontraremos en la Sociedad, sino en la crítica, la Crisis a que nos tenemos que someter de manera permanente, dado que la Crítica es lo único que nos concierne en una tierra con un montón de población donde hay tanto que arreglar, la exposición más crítica que nunca jamás haya habido que es la de la Trascendencia, y el Ser más trascendente y crítico con la Sociedad ha sido siempre la figura de Cristo…

Pero, además, por si fuera poco, no nos quedamos de manera estancada en ese transcendentalismo, sino que, dado que hacía falta, al lado o haciéndolo permeable con la Escatología, un discurso del Más Acá, disponemos de una solución al Más Acá, que es lo que rellena el hueco mundano del cristianismo, que es el estudio marxiano de la realidad. Con el “dentro” de uno y él “fuera” del otro, podemos ir tirando… La doctrina completa está. La botella de la realidad que es el cristianismo está llena por dentro del “éter” del marxismo. Hoy por hoy son los últimos horizontes de los cuales podemos hacer uso dada la práctica que dura desde casi siempre en torno a los bienes mundanos y los extra-mundanos, de la riqueza económica y de la pobreza económica. Todavía no hemos resuelto el problema de cómo tratar a esa que podemos llamar botella de lo que engendra –desde fuera adentro- una realidad, con su fenomenología de Poder y que solo parece querer mantenerse por la injusticia a cada paso que damos. Lo curioso es que el tema es viejo y no se ha resuelto todavía. Cualquiera afectado puede decir que a qué esperamos.

Nadie lo dice porque existe una cuestión que es la conciencia y que se toma de muchas maneras, aunque afluyendo todas a lo mismo: la conciencia antigua, la que todavía nos rige, nos hace iguales en el espíritu de la letra, aunque luego en el fondo no. Aquí es donde se pueden desplegar la multitud de intereses de las personas que, sin embargo, el mismo Orden de arriba, acoge como una premisa única: el Poder es el Capital y, ya extendido durante tanto tiempo, ha creado la diferencia: el Uno y el Otro, la alteridad que es tan vieja como las tribus del pasado que, de todas formas, ahora es algo global y la tribu es global. Cuando más se hace la evidencia de la Injusticia, menos se puede arreglar, además siendo el problema de algo que permanece en una “nube”. Como la producida por Silicon Valley… Ya no tenemos acceso a deshacer esa nube porque no tenemos todos los medios de alejarnos a la exosfera para limpiar el cielo donde está la luna de los cachivaches de los satélites artificiales…

Hablamos de la reinstalación de las Humanidades en la Educación y en la Enseñanza y vemos que, según pasan los Gobiernos de turno, se van eliminando las Humanidades de nuestro panorama, como en la mejor dictadura de los franceses de la Restauración con sus ideas, con el apogeo de la burguesía. No podemos ser todos tenientes o jefes de Estado y por eso, los que sí pueden, no son escatimados en cuanto a formación humanística, pero de la que entraña una visión de la realidad de la reproducción del Poder con la clase burguesa y que es la que quiere mandar, la que no estima los valores humanísticos y la que pretende toda ella que nos amoldemos a la religión práctica, “cosificadora”, de la economía.

Como no podemos ser todos jefes de Estado, tenemos que movernos en el terreno plano de la Economía sin poder atender no a estrictamente valores burgueses de las Humanidades, sino a los valores universales de las Humanidades. Esto es la lucha de un maestro contra otro maestro, como la lucha del maestro antiguo con su librillo contra los planes atajadores del maestro que ha de dar en otra parte del país, de preponderancia burguesa, los saberes técnicos para la adaptación al mercado de trabajo y solo la producción. Un alumno de un maestro antiguo puede saber las palabras que dijera “To be or not to be” en una obra de teatro de Shakespeare –con permiso de Johnson-, pero un alumno de la otra dimensión ha de ser instruido en el funcionamiento de los artefactos de la producción capitalista, no solo concentrado en la maquinaria de las piezas de la fábrica, sino asimismo siendo hecho, el sujeto, una pieza social de los políticos con su atmósfera o su “bio-sistema” que todavía mantiene privilegios frente a valor de la comunicación y de la consideración de la vida en la escuela laica…

Y ello nos hace pensar en esta Sociedad frente a una Botella con las características ya descritas antes, pero no estamos ahora para errores mayores… No Molotovs, sino Palabras, si es preciso altas, que modifiquen esa realidad que apisona. Mujeres y hombres u obreros/as… ¿en qué quedamos?...

(Estas líneas anteriores vienen a cuento de que hay muchos profesionales de la Humanidades en España que están siendo desvinculados de su profesión por el creciente trabajo a destajo del “capitalismo” de la cultura de lo antihumanístico…)

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