Estructura del miedo en Soria
Juana Largo apunta cómo el Estado puede anteponer la seguridad a la libertad por miedo, lo que lleva al aislamiento y la desconfianza del individuo
Empecemos preguntándonos el porqué del miedo en nuestras sociedades actuales, sobre todo del miedo patológico que impulsa a una persona a tener terror a las relaciones de confianza usuales y de sentido común en las relaciones de la gente… Y empecemos diciendo que la gente no es responsable de todo lo que hace y que (llevados a un grado de justicia máximo) no es juzgable con los instrumentos clásicos de los que disponemos, incluidos los veredictos de la ley penal. Pues muchas veces lo jueces condenan a penas vergonzantes a los ciudadanos o a la gente que ha cometido un delito, digamos en las relaciones de las personas en la vida corriente, y eso no es de recibo dado que, sobre ese ciudadano, sobre esa persona, existen instancias anteriores que lo hacen ser o comportarse de una determinada manera. Para esto sirve como gran ejemplo, el triunfo del Mercado en nuestras sociedades liberales.
El Mercado posee una capacidad suprema para las gentes corrientes y humildes que dependen de las estructuras superiores de nuestra sociedad, ya que, aparte de que ese Mercado, influye incluso conformando no solo sus vidas, sino incluso su biología misma, también esas personas no sabe cómo actuar reactivamente contra ese Mercado que las denigra y que hacen que adopten una actitud u otra en la vida, hasta el caso de succionarlas el citado Mercado como entes comerciales a ellos mismos o cosas, como si siempre estuviéramos tratando y hablando con cosas, dado que no existen unos mecanismos lenitivos o de defensa de las gente para con el susodicho Mercado.
Luego hablemos de las otras instancias de la sociedad actual nuestra. Que son el Estado y la Iglesia. En cuanto a la segunda está todo dicho desde hace mucho tiempo y no es preciso rebatir los argumentos que nos ha dado la positividad de las ciencias para desvirtuar ese juego que algunas personas hacen con las creencias de otras… El tema cae por su propio peso.
Pero en cuanto al Estado, la crítica puede ser prolífica y eficaz. Teniendo en cuenta dos nociones (Libertad y Seguridad), cuando ciertos estratos digamos bajos de la escala social, resulta que se ven perjudicados por el poder de la gente (la gente teniendo miedo a la gente, o dándose el caso de la desconfianza de los demás), entonces ocurre lo previsto y estudiado en la historia multitud de veces o como un mecanismo de defensa: que se le pide a las capas altas del Estado, por lo general las capas de la alta burguesía que dominan las altas administraciones y con ellos a los políticos, se les pide una defensa contra el supuesto Caos en el que se vive. Así, del miedo vamos a pedir Seguridad, con lo cual el Estado dicta normas y leyes que, con sus medios, sean los de las fuerzas del orden o sean los de los de los diversos organismos o las instituciones dependientes de ese Estado en contacto con los ciudadanos o el pueblo, del miedo vamos al apretamiento de las clavijas de la vida corriente del pueblo, quitando Libertad en vez de Seguridad, con lo que nuestras relaciones se vuelven más hostiles y llegamos a, tras pedir autoridad, a la relación que Hobbes llamaba como de que el hombres es un lobo para el hombre, con lo cual la autoridad y la represión, vuelven infernales las relaciones sociales y cada hombre es un enemigo para los
demás. Imposible de vivir, pero se hace. Y si sumamos los tiempos de crisis en una sociedad (desde la crisis del 2008 hasta la actual de guerra), las clavijas de la autoridad de un hombre con sus vecinos o sus compañeros o sus relaciones, incluso de pareja, son realmente agresivas y están viciadas, con lo cual salta y se desarrolla el delito, con lo cual la autoridad y la represión son mayores y se puede decir que vivimos en un estado de “selva” y no nos entendemos y llegamos a instaurar el sistema del neoliberalismo y con ello más violencia tanto social como institucional…
La Austeridad social es un eco de la austeridad del sistema económico y por ello no es fuera de lugar el que los gobiernos creen normas y leyes austeras cercenando aún más la libertad y la confianza de los ciudadanos, tanto en su vida corriente como en la laboral y la institucional, que siempre lo pagan sobre todo los estratos más humildes, que son los que piden más “mano dura” al Estado y con ello un sistema dictatorial y bastardo de la propia línea de libertad que debe conferir un sistema político, creándose guerras y atrocidades sin número y un montaje político, a la larga, de desmantelamiento de las instituciones democráticas del Estado.
Y ¿hasta cuándo va a apretarnos el Estado?... Esa es la pregunta del millón, pero lo cierto es que en ello no interviene ningún ideal noble más que el de las estructuras económicas, o socialismo o capitalismo.
El disparadero del miedo se desarrolla acorde con tales estructuras de competencia económica y los fenómenos son por todos harto conocidos…
Al final paramos en nuestra sociedad soriana y vemos que es una sociedad pequeña y de proximidad en la cual el Otro se nos hace ajeno. Entonces surge el miedo y surgen los mecanismos pretendidamente compensatorios para echar ese miedo, ese terror, fuera: a los políticos se les vota y resulta que, ante la demanda de Orden, se vota a los partidos reaccionarios que dicen garantizarlo, aun cuando todo sea tan falso y fraudulento como una mala película de Pulp Fiction…
Y entonces el “Orden” instala el “Caos”… La guerra auténtica ante la “anomia” social. El Estado del Terror, en fin.