Heraldo-Diario de Soria

Las apariencias engañan

Juana Largo plantea el peso de la estética en la elección política

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Durante todo el pasado siglo, y entrando en éste, el anti-socialismo y el anti-comunismo, han creado una imagen desafortunada y malhadada para esas dos corrientes ideológicas, y en lo que representan en su intencionalidad. Ahora vamos a esbozar un leve dibujo de esta descalificación…

Cuidar la imagen es uno de los elementos sustanciales de nuestros tiempos, desde los planteamientos de simple imagen personal de las esteticienes hasta los de gran voltaje como son los de los mass-media. Una imagen, en efecto, puede hacer más que mil palabras. Un simple guiño de un gobernante político puede hacer más que una simple tradición de dos o tres siglos.

Los técnicos políticos han sido los grandes cuidadores de la imagen del partido al cual servían, conocedores de la reproductibilidad técnica para un siglo XX y un siglo XXI en que la imagen no solo presenta un personaje determinado, sino toda una corriente de pensamiento que puede tanto entristecer o alterar en alegría a las masas. El gran tema también son las masas, ya habló nuestro Ortega y Gasset de ello, en “La rebelión de las masas”, pero las masas unidas a la condición que plantean los acelerados y contundentes, así como sugestivos medios de propaganda, elaboran una composición tanto vital como letal. Solo con un fragmento de este mundo puede vivir el hombre.

Los técnicos políticos se han esmerado hasta a llevarnos a la guerra en varias ocasiones en los últimos tiempos. Ya no era un cuadro de Rubens el que llevaba a morir en los mataderos de las trincheras o en cualquier otra parte semejante, sino sobre todo un simple perfil de lo que ahora, por ejemplo, llamamos redes sociales, ha conducido a que se dieran esas grandes calamidades en las cuales tenemos un puente con la Edad de Piedra en el imperio del fetiche. El Guernica de Picasso, que no se piense nadie que es un cuadro que vale por su creación artística. Y luego existe el modo de una buena y de una mala imagen. Las imágenes pueden llegar incluso a representar a un anarquista vestido de negro y con una bomba de bola en las manos. Y pueden no existir los anarquistas así, pero cuando entran en los medios de comunicación y propaganda, cualquier anarquista queda convertido, incluso en nuestra mente, aunque sea reacia, en ello así…

Vamos a considerar, con la profusión de carteles y de material de imágenes de la Guerra Civil, el tema de cuál ha sido el significado de estas imágenes de batalla o de combate entre los antagonismos, en cuanto al prestigio o desprestigio que han tenido los socialistas en nuestro país. Vamos a tener en cuenta solo el año de 1982 como punto de partida con los grandes carteles de carretera. Y podemos darnos cuenta de que los niveles “conativos” eran altos, y la expresividad, de tal forma que movieron a un pueblo tras una dictadura. Incluso se ganaron las elecciones. Ahora bien, si se tiene en cuenta luego la pragmática del discurso y de las obras, se puede decir que aquella magnificencia de los grandes anuncios y de los grandes avisos, aquella magnificencia de las grandes torres de Babel…, aquel “iconismo” que citaba en las urnas a tantos y tantos, por ejemplo, jóvenes con nada más su ilusión, ha sido destrenzado o deshecho por la práctica del oponente de las derechas, de tal modo que ha convertido el mito del socialismo en un monigote contra el cual, esa opción política, aunque fuera tradicional, ha ganado las elecciones más de una vez a los socialistas, pero de tal manera en que las imágenes de la “coiné” ganadora se ha surtido, con los medios de comunicación, de los altos mitos y gestos y gestas de las derechas y ultraderechas en Occidente, dándonos por pensar si el pueblo se guía por imágenes apoteósicas o por razones. Y esto es lo que nos hace pensar si el pueblo, sobre todo los jóvenes actuales, se guían por esas imágenes o por razones fundadas y convincentes de necesidad frente a los diversos problemas y de si votan a un partido o a otro en función de la simple estética de la propaganda, y con esto nos preguntamos de cuál ha sido el poder de esa estética en el partido que actualmente lidera Sánchez, que, nos parece, en cuanto no solo a técnicos artísticos sino tampoco en cuanto a artistas de postín, ha sido algo cuando menos, vamos a decirlo así, precario…

La simbología y la estética con sus saberes son básicas a la hora de ganar un partido unas elecciones y de mantenerse en el poder. No se debe desperdiciar por los líderes políticos. Y esta es una de las razones de que la derecha de España haya gobernado tanto tiempo y quiera seguir gobernando… Es un mal uso moral, desde luego, eso de servirse de la mitología de las ideas, pero ahora es “un uso”. Y ahora, sirva solo este ejemplo, ahora, vale más para el pueblo sufrido y votante una imagen de Ayuso con sus bonitos vestidos que una imagen de un minero alzando el puño en las minas –los tiempos son cómodos. No cuenta, a la hora de votar, lo práctico y lo racional, sino la percepción sensible, por eso en Francia pasa lo que pasa con ese riesgo… Pero no se les puede calificar de memos a todos los políticos de la izquierda española, aunque acaso, una sugerencia: en vez de reprimir a sus artistas, debieran valorarlos un poquito más. El voto es plástico, al menos para los del “Divino Tesoro”… Y el vil metal tiene brillo.

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