Heraldo-Diario de Soria

LOS TRABAJOS Y LOS DÍAS II

Carlos de la Casa

Al corral

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El año 1974 es una fecha para recordar, dentro del ámbito cultural, en Soria. Ese año llegaron a la ciudad dos personas que han dejado, cada uno en su campo, una huella en la cultura capitalina. José Luis Argente Oliver, fallecido en 1998, y Jesús Báez Iglesias, que nos dejó hace poco más de quince días.

Jesús, como ya es sabido, vino a impartir docencia en una materia que estimamos de suma importancia, Filosofía, y lo hizo, a decir de varias generaciones de alumnos, con sabiduría, empatía y siempre mostrando una alta preocupación por el alumnado.

Aún vivíamos en Madrid cuando, por medio de José Luis, conocimos a Jesús. Un hombre preocupado por la cultura, CULTURA CON MAYÚSCULAS, y fue hablando de arqueología en el Museo Numantino.

En 1981 nos trasladamos a vivir a Soria y empezamos a coincidir en diversos actos culturales organizados por el Departamento de Cultura de la Diputación Provincial y por la Asociación de Amigos del Museo Numantino.

Esa relación se intensificó a partir de 1983. Año en que fue elegido concejal de nuestro Ayuntamiento y accedió a diputado provincial, siendo asignado, ¡como no!, a la Comisión de Cultura. Allí permaneció un tiempo más que breve, pues rápidamente fue nombrado Delegado Territorial de Educación y Cultura de la Junta de Castilla y León en Soria.

Desde su nuevo destino las relaciones profesionales se acrecentaron y con ellas las personales. Fue precisamente Jesús el que unos años después nos llevaría a la Ponencia Técnica de Patrimonio y nos propondría para perito calígrafo de los juzgados de Soria.

El tiempo de nuestra estancia en Valladolid no fue óbice para que la relación se enfriase, todo lo contrario. Nuestras venidas a Soria nos hacía vernos en la finca, junto al Padre Duero, de nuestro querido y común amigo Mois, especialmente en los sanjuanes -los Lunes de Bailas era una comida y merienda casi obligatoria-, la semana pasada lo recordábamos con Patxi Irigoyen.

De nuevo en Soria y las relaciones se hicieron más intensas, pues a la cultura y a las relaciones personales se unieron, de nuevo, las profesionales y estas han permanecido en el tiempo.

Sería absurdo relatar aquí y ahora toda tu actividad cultural en la capital, de sobra es conocida, pero sí es de justicia mencionar algunos temas que estimamos imprescindible:

* La alta calidad de las actuaciones en el Centro Cultural de la Audiencia. Pocos sitios han podido ver las nuevas adaptaciones de los clásicos como aquí, ahora recordamos las obras representadas por Nao d’amores.

* La labor en el centro «Gaya Nuño», tu lugar habitual de trabajo, desde donde lanzaste una serie de publicaciones de suma importancia, algunas de ellas auténticas ediciones facsímiles.

* La puesta en marcha del «Espacio Alameda», una magnífica sala de exposiciones en el corazón de nuestro parque municipal. Que bpnito seríaque pasase a llamarse:»Espacio Jesús Bárez».

* Su trabajo y constancia han sido fundamentales, entre otros muchos temas, para nuestro futuro, ya casi realidad Centro Nacional de Fotografía. Aún recordamos cuando estuvimos hablando de ese logro y comentamos que sería ideal ponerlo a la altura del de Oporto.

Pero tu quehacer cultural no ha quedado solo en nuestra Ciudad y así se puede ver tu trabajo para potenciar a Soria en los temas machadianos o tu permanente interés por fortalecer el Instituto Castellano Leonés de la Lengua. Me comentaba nuestro común amigo Gonzalo Santonja que siempre fuiste, en esa institución, un pilar fundamental.

Jesús, va a ser difícil encontrar un trabajador como tú. Has sido -eres- una persona que nos has enseñado mucho: dignidad humana, saber estar, trabajador y con un objetivo permanente: servir a todos. Siempre fuiste, tanto en tu labor profesional como en la política, consciente del servicio a la sociedad y esto lo has cumplido hasta el último segundo. Eres un ejemplo a seguir.

Hace unos días hablábamos con nuestro común amigo Pepe Navarro Talegón y me recordaba que habíamos quedado en ir un día comer con él a Toro. Al final no fue posible, pero ya nos juntaremos en el más allá y recordaremos temas de tu tierra de nacimiento y de los viejos tiempos con Pepe.

Jesús, siempre estarás presente y no solo para los que te queremos, respetamos y admiramos. La cultura soriana está en deuda contigo y es de justicia que se te reconozca.

Estamos seguros que pasará el tiempo y cuando se organice un acto, se inaugure una exposición, se abran las puertas del antiguo Banco de España, se amplíe la Audiencia, la sociedad soriana se acodará de ti y los amigos, que estemos o estén, lanzarán una sonrisa pensando en como lo disfrutarías y los proyectos que ya tendrías para potenciarlos.

Jesús, amigo, tu cuerpo ya descansa en paz, pero tú estás aquí con nosotros.

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