La Solana
La campaña electoral, la patronal y las ayudas
Los socialistas sorianos, con el alcalde de la capital a la cabeza, Carlos Martínez Mínguez, fueron abanderados, no los únicos, claro, a la hora de reclamar a Europa que permitiera las ayudas de funcionamiento a las empresas, pero una vez conseguido el objetivo, a hora llevan camino, exagerando mucho, de convertirse en detractores. Europa está en contra de las ayudas de Estado en cuanto que pueden falsear la competencia y afectar a los intercambios comerciales entre los países miembros. Así que, de partida, la tendencia es a prohibirlas, pero se admiten excepciones bajo determinadas condiciones, como por ejemplo contribuir al desarrollo de regiones desfavorecidas o, entre otras cosas, promocionar a pequeñas y medianas empresas. Europa concedió la excepcionalidad para que España dé ayudas de Estado a Soria, Cuenca y Teruel, por tener menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado, y las permitió en forma de ayudas de funcionamiento a las pequeñas y medianas empresas, con la posibilidad de que lleguen al 20% de los costes laborales. Es decir, se puede dar una importante ventaja competitiva a las pymes, distorsionando de alguna forma el sagrado mercado europeo, por las muy especiales circunstancias demográficas. El problema es que Europa no es quien tira de chequera sino que se limita a permitir las ayudas de Estado, es decir, que la chequera la saque el Reino de España. Y aquí ha llegado el problema con Soria, Cuenca y Teruel, que las ayudas, vía reducción, en general, del 5% de las cuotas por contingencias comunes de la Seguridad Social están muy muy lejos de ese máximo del 20% de los costes laborales. La patronal, puesto que son ayudas para empresas, las reclama y aspira al máximo. Recibió bien su puesta en marcha, aunque fueran muy escasas, porque sobre todo abrían una vía para su crecimiento. Así que cuando esta semana se han reunido con la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, y no hubo compromisos sobre su ampliación, se produjo una evidente decepción y así se manifestó. Y el PSOE soriano, a través de Martínez Mínguez, les acusa de entrar en campaña electoral por expresar esa decepción. Es bastante cruel la acusación. Otra cosa es que se puede cambiar de opinión y considerar que las ayudas directas a las empresas no son una herramienta adecuada para afrontar el reto demográfico. No lo ha hecho así el PSOE, pero sí se ha empeñado en comenzar a hacer matizaciones que en algunos casos son sorprendentes. Europa cree que dando ventajas competitivas a las empresas se puede luchar contra la despoblación y no puede haber café para todos porque pone límites claros. Alguna razón tendrá para llegar a autorizar lo que menos le gusta, las distorsionantes ayudas de Estado. Y es lógico que los empresarios la reclamen, incluso en campaña electoral. Incluso no, más bien sobre todo, que tradicionalmente es uno de los momentos para cartas a los reyes magos.