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EDITORIAL


Las singularidades bien entendidas de la justa financiación autonómica

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Estuvo tremendamente acertado ayer Luis Tudanca tras la ejecutiva regional del partido que lidera en Castilla y Léon al abordar el asunto de la financiación autonómica, ahora que su jefe Pedro Sánchez, se ha sacado de la chistera el término «singular» para inyectar la millonada que exige el independentismo catalán a cambio de hacer presidente a Salvador Illa, y con ello intentar apuntalar la inestable legislatura que se avecina. Lástima que Tudanca predique en el desierto de su partido y de Moncloa, preocupados únicamente por lo suyo, y no por lo de todos.

Seguramente la financiación que recibe Cataluña no es la que le corresponde. Como tampoco lo es la de Castilla y León. Cada uno con sus singularidades dentro de un proyecto común que es España. Lo expresó con claridad el jefe de la oposición de Castilla y León, que, más allá de los calificativos y las acciones judiciales, no parece que desentone con los planteamientos de fondo que defiende el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. Que son los planteamientos que puede defender cualquier formación del arco parlamentario de Castilla y León. Singularidad para todos. No seguir escondiendo singularidades para unos, a cambio de su imprescindible puñado de votos para gobernar, cuando lo que realmente se aplican son agravios a otros. La singularidad así entendida lo único que agudiza son los desequilibrios entre territorios. Pero eso también pasa dentro del mapa de Castilla y León. Sin ir más lejos en asuntos tan contundentes como los tiempos de espera de la sanidad, con enormes diferencias en función de la ciudad o el pueblo donde se despierte hoy el contribuyente de la misma comunidad autónoma. Y eso es algo que debe aplicarse de una vez por todas el ejecutivo de PP y VOX. Predicar con el ejemplo. La aspiración que debe perseguir la singularidad no es otra cosa que perseguir la igualdad entre ciudadanos y entre territorios.

En cualquier caso, aunque predique en el desierto, es elogiable que no calle y lo diga, en defensa de los ciudadanos que le eligieron. En defensa de lo justo. Y en defensa de lo honesto. Como lo han dicho otros barones socialistas que lideran gobiernos autonómicos.

El debate sobre financiación autonómica es una urgencia, no las majaderías que propone Sánchez sobre sus asuntos personales. Pero debe abrirse con todos los actores, no en medio de la negociación de sus intereses, ya sea en Cataluña o en Moncloa, donde quiere seguir instalado a toda costa y a costa de todo.