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En política todo puede cambiar en cuestión de segundos. Tanto que lo que ahora es blanco se puede transformar en negro con una palabra, una afirmación o sencillamente porque al político de turno, sea del color que sea, le interese por aquello de la estrategia, la suya, la de su partido, nada que ver con los intereses de los ciudadanos. Estrategia que puede ser incluso tan vil y ruin como la utilizada por la derecha extrema para amenazar con romper sus pactos con el PP. Porque vil y ruin es criminalizar a menores migrantes, muchos de los cuales llegan a España huyendo de las guerras de sus países, para justificar su estrategia.

Claro que no se rasguen las vestiduras ahora en el Partido Popular, tampoco en el de Castilla y León, porque las acciones de esta derecha extrema eran igual de viles y ruines hace dos años, cuando pactaban y se abrazaban con ellos en el Gobierno de la Junta y le daban la Presidencia de las Cortes, que ahora que criminalizan a niños migrantes para justificar el romper esos abrazos. En el PP a sus socios de la derecha extrema les dirán aquello de ‘tanta paz lleves como descanso dejas’, pero que no olviden que llevan dos años tragando más de un exabrupto y sapos sin alzar la voz. El último con esa Ley de Concordia que ni hablaba de la dictadura franquista

Claro que a Alfonso Fernández Mañueco se le despeja el escenario político, si es que no lo tenía ya suficientemente despejado. Con un Luis Tudanca y su PSOE de Castilla y León desaparecido, vamos que ni está ni se le espera, el presidente de la Junta se quita ahora la rémora de una derecha extrema que le va a permitir lanzar su mensaje sin tener que mirar por el rabillo del ojo cómo respiran los García Gallardo y compañía. Con unos presupuestos recientemente aprobados, no tiene ni que esforzarse en presentar unos nuevos para el próximo año, le bastaría con prorrogar los actuales. Pero se podría dar incluso el gustazo de presentarlos y poner a la derecha extrema en el brete de votarlos en contra. Un no, hipotético claro está , que la dejaría en un escenario político junto a los socialistas y a Unidas Podemos, vamos que ni Ancelotti y su estrategia para ganar la 15.

Y todo esto en el segundo año de Legislatura, casi igual que en aquel diciembre de 2021 cuando Mañueco se sacudía de encima la soberbia de sus otrora socios anaranjados, disolvía las Cortes y adelantaba las elecciones. Vamos que, visto lo visto, bien se puede entonar aquello de segundos fuera.