Ser policía no es fácil
Recuerdo en mi etapa de procurador por el Partido Popular en las Cortes de Castilla y León una conversación que tuve con un guardia civil en el transcurso de una caldereta en un pueblo de la provincia de Soria. Ha pasado ya una década, pero se me quedaron grabadas sus palabras: «Nacho –me dijo–, en estos pueblos ser agente es muy complicado, porque al final creas vínculos con los vecinos a los que ves a diario, pero un día te toca darle en el hombro a uno de ellos en el bar y decirle que se tiene que venir detenido». Y es que ser guardia civil, policía nacional o policía local en una capital y provincia pequeña, tiene sus hándicaps. Ser policía no es nada fácil. Y esta profesión arrastra muchas veces unos tópicos nada justos. En la mayoría de los casos, esta opción de modo de vida es vocacional. En otros casos, sí, una mera forma de ganarse la vida. Pero, en cualquier caso, ser miembro de un cuerpo policial conlleva una forma de ganarse el sustento a la que no todos estaríamos dispuestos por las propias casuísticas que el uniforme lleva aparejado. Estas semanas pasadas, tanto Guardia Civil como Policía Nacional habrán pensado que su trabajo –siempre minucioso y silencioso–, tiene sentido y da buenos resultados. Por los medios de comunicación hemos podido conocer la detención, por parte del Cuerpo Nacional de Policía, de los integrantes de distintos robos ocurridos en la capital y que tenían en vilo a los hosteleros sorianos. De igual forma, también por parte de miembros del benemérito cuerpo, hemos conocido distintas actuaciones contra el tráfico de estupefacientes o el arresto de quienes se dedicaban a sustraer para su posterior venta, fragmentos de vías férreas en el municipio de Quintana Redonda. Desde la subdelegación del gobierno en Soria se tiene la buena costumbre desde hace muchos años y con independencia de quien gobierne, de informar a la población de los distintos logros de los cuerpos policiales bajo su responsabilidad. Hacer partícipe al ciudadano del buen hacer de quienes juraron protegerles, siempre me ha parecido leal con el ciudadano y justo con el policía. Y de esa oficina de información –que es verdad no siempre cuenta todo por distintas razones que el lector bien podrá entender–, bien podría tomar nota nuestro ayuntamiento y el equipo de gobierno que lo conforma, y sumar también a esa necesaria información para el ciudadano, las actuaciones que lleva a cabo nuestro también cuerpo policial local al que parece tener escondido y relegado por no sé qué razones. Contadas son las ocasiones (y de saltar alguna vez una notica suya es por la labor puramente periodística), en las que se informa de las actuaciones que lleva a cabo nuestra Policía Local de Soria. Algunos se pasan el año gastando dinero en chorradas que venden en la prensa a «bombo y platillo», pero luego para lo sustancial, jarabe de palo. Ser policía no es fácil, pero sin información y su justo reconocimiento, aún lo es menos.