Cerrar

Ignacio Soria

Alianza PPeligrosa con el PSOE

Creado:

Actualizado:

En más de una ocasión me tocó apagar un fuego como concejal popular municipal en la pasada legislatura. Más de 20 años de militancia activa y, sobre todo, experiencia en el parlamento autonómico en la VIII Legislatura con Juan Vicente Herrera a la cabeza, otorgan una memoria política que provocaba se me encendieran todas las alarmas cuando algunos de los que me acompañaban —sin experiencia política alguna—, querían modificar una postura sobre algún tema frente a lo que el partido siempre había defendido en otras ocasiones o legislaturas pasadas. Temas como el controvertido Cerro de los Moros, la ubicación de la depuradora o la intención por parte del PSOE de remunicipalizar el servicio de jardines (asunto del que siempre estuve en contra), crearon más de un desencuentro en el grupo. El pago por mirar siempre por el partido y evitar líos innecesarios que al contrincante le daban bazas para después contraatacar, fue la purga contra mi persona sin explicación alguna. Iba a decir que la política es así, pero no: es según quien la administra. En el pleno de la ciudad de este mes se produjo algo insólito. El Partido Popular y el Partido Socialista sacaban adelante de forma conjunta una moción. El grupo que presentaba la propuesta y que por tanto tenía las de ganar —porque en política siempre es así si se hace bien—, cayó en la trampa. Y cayó no por pactar, porque el pacto es lógico en estas cosas, sino por sucumbir a cantos de sirena ante quien sabe latín y griego de estas cosas, y más aún por viejo que por diablo. Y ya saben a quién me refiero. Veníamos de una semana donde la portavoz nacional del PSOE la había liado parda y había metido a su partido en un lío morrocotudo salpicando a los socialistas sorianos. Habíamos salido en todas las cadenas nacionales y medios escritos por la comparación capciosa de Soria con Cataluña a cuenta del régimen fiscal. Y en lugar de estirar el chicle, teniendo además a la ciudadanía soriana de nuestro lado —así dicen que se las ponían a Fernando VII—, vamos y le regalamos a nuestro enemigo un balón de oxígeno al enturbiar el debate, desviar el foco de donde estaba, y darle alas —y esto es lo peor—, para sembrar la duda ante la ciudadanía instando al gobierno de nuestro mismo color a que haga algo que quizás ya está haciendo o no puede hacer por diversas razones. Conociendo como conozco el funcionamiento de estas cosas, dudo mucho que se tuviera el preceptivo OK desde Valladolid para esto. Pero miren, y es que esto es de primero de manual en política: si tú presentas algo en el ayuntamiento de Soria, instando sobre un tema delicado a tu propio partido que gobierna en la comunidad, y todo sin consultarle —y encima te lo aprueba el PSOE que es ya motivo por el que deberías de sospechar—, corres el riesgo de quedar como Cagancho en Almagro si después el PSOE presenta allí lo mismo, y tus compañeros te lo votan en contra como a buen seguro sucederá porque allí se juega en otra liga. Esta alianza PPeligrosa con el PSOE, créanme, no hacían falta.