El alcalde de León aprovecha la crisis de Tudanca para atraer leonesismo
Puede que sus compañeros no le tengan en gran estima. Pero es el cargo institucional más relevante que hay en Castilla y León y de tonto no tiene un pelo, dicho sin sorna ni acritud. El alcalde de León ha aprovechado la profundísima crisis abierta, inexplicablemente, por Luis Tudanca en el corazón de la federación socialista que él mismo lidera, para colocar en el centro del debate, nuevamente, el asunto de la ruptura de Castilla y León y la creación de la autonomía leonesa, basada en el antiguo reino, que aglutinaría a León, Zamora y Salamanca. Aunque es verdad que el alcalde de Léon habla por sí mismo, no por todos los leoneses de la provincia, y mucho menos por los zamoranos y salmantinos. Pero él se ha colocado en el foco, desenfocando hasta a la mismísima UPL, que es quien come terreno electoral, especialmente en la capital y el alfoz a la vista de las últimas autonómicas y municipales. El regidor, buen estratega, aprovecha la guerra civil de inimaginables consecuencias en el PSOE de Tudanca, está capitalizando simpatías para hacerse fuerte, Fuerte especialmente frente a la dirección nacional de su partido y Moncloa que le profesan la misma simpatía que a Tudanca. Y en la estrategia ha encontrado a un Tudanca completamente desubicado en los tiempos, en el mensaje y el concepto de la mismísima política orgánica. Ha conseguido que todo mensaje que sale del principal partido de la oposición acabe dañando al propio PSOE y abriéndole, involuntariamente, más brecha electoral al PP. Aunque no teman que no hay adelanto electoral a la vista. La situación para el PP de Mañueco es inmejorable, sabedor que esta crisis no ha hecho más que empezar y su desgaste sólo está en los albores.
El alcalde de León se vuelve a sacar de la chistera la opción, legítima, como convicción personal, de la autonomía leonesa. Pero eso pasa, entre otras cosas por un consenso que ahora no existe. Pero un consenso social de muchos, no sólo de los leonesistas, no vayan a caer en la misma tentación que los delincuentes del secesionismo catalán, que decidieron quien tenía que decidir sus deseos, sin amparo legal ni constitucional. Eso sí, el PSOE debería decidir si hace dos primarias, una para el liderazgo de Castilla y otras para el de León. Porque lo de los dos discursos a Tudanca se le han agotado antes de articularlos y le acorralan. El informe jurídico encargado por el regidor leonés para esa hoja de ruta no va a decir nada que no sepamos. Pero él se gana el foco y capitaliza esa aspiración mejor que la UPL de Luis Mariano Santos, que se ha quedado varado en la moción de la Diputación, sin dar el salto a las Cortes de Castilla y León y al Congreso, como prometió.