Soria recupera el trillo y el arrastre

La Plaza de toros de Soria y sus alrededores recuperaron ayer el arrastre de tronco con animales merced a la segunda jornada de la feria ganadera provincial. Desde las 10.00 horas el albero se tornó en un mercado de compra y venta de cabezas de ganado y los aledaños en un muestrario de aperos de labranza y de trabajos tradicionales que la mayoría sólo los guardaba en la retina y otros, los menos, lo veían por primera vez. A todo se añadió el herraje de caballos, el esquileo con tijeras y máquina de ovejas lachas, los paseos a lomos de los ponis o de los burros para los más pequeños así como los diversos puestos de venta de materiales de artesanía. En una de las puertas de la plaza de toros que da a la calle Las Balsas, los más nostálgicos observaban como si de reliquias se trataran los arados expuestos, el yugo, las arañas para desterronar, las colleras, las segadoras gavilleras para la mies con aspas de madera y la galerita para acarrear. A su lado, una mula con aparejada de varas permanecía indiferente al trasiego de las decenas de personas que se acercaron para revivir el pasado.

 

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