UNIVERSIDAD
«Queremos hacer un aulario, pero va a ser difícil por la falta de dinero»
Acaba de cumplir cinco meses en el vicerrectorado y los problemas se le multiplican: la amenaza del rector de la Universidad de Valladolid de reducir el profesorado en el campus y la incapacidad de llevar a cabo algunas promesas hechas durante la campaña electoral por la falta de presupuestos. Sin embargo Amelia mantiene el tipo y el optimismo de sacar adelante su gestión de la mejor manera posible, y voluntad parece que no le falta.
Uno de los principales rasgos que la caracterizan en la entrevista es la cautela a la hora de responder las cuestiones. Pero esta actitud defensiva sólo la transmite al principio, evitando responder con concreción a las preguntas, hasta que se da cuenta que el trato con los medios va en el cargo, experiencia que todavía tiene tres años y medio para asumir. En cualquier caso su talante aparentemente afable asienta los cimientos para potenciar el campus en uno de los periodos más importantes de la universidad en los últimos años, con la implantación de los títulos de grado.
Pregunta.- ¿Cuáles son los principales retos en el campus para este curso con la implantación de los planes de Bolonia en Soria?
Respuesta.- El más importante es la implantación de los grados, que tengan un buen comienzo. Este es el segundo año que llevan implantados los grados del título de Educación, y por eso creo que tienen tanta aceptación.
P.- Supongo que eso implicará contar con más aulas y con más profesores en un campus donde ya están muy apretados.
R.- Bueno, hemos comprado más mobiliario, más mesas y más sillas para hacer frente al incremento de alumnos.
P.- ¿Y cómo van a solventar la necesidad de aulas?
R.- Este aspecto para este año y el próximo lo tenemos cubierto. Nosotros tenemos pensado construir un aulario, pero somos conscientes de que la situación económica va a ser difícil. En este sentido hay aulas en la residencia Duques de Soria, que es donde antes se daba Empresariales y que está adscrita a la universidad. Pero eso sería en el caso de que dentro de dos años en el campus no tuviéramos aulas. Allí se podrían dar masters o las clases de la Universidad de la Experiencia.
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