Fallece José Antonio Pérez-Rioja, escritor y cofundador del CES

Ayer falleció el escritor, historiador de las tradiciones y cultura soriana, así como director de la Biblioteca Pública, José Antonio Pérez-Rioja, a los 94 años de edad en Soria. La misa de cuerpo presente tendrá lugar hoy a las 13.00 horas en la iglesia de El Salvador, tras lo que se conducirá el cadáver al cementerio de la ciudad. El velatorio es en el Tanatorio Municipal, junto al hospital Virgen del Mirón.

Representantes de las letras sorianas mostraron ayer su dolor por cofundador del Centro de Estudios Sorianos (CES), que tiene una calle en Soria.

 

El crítico de cine soriano Julián de la Llana, que trabajó con él como becario en la biblioteca entre 1982 y 1983 en la elaboración de la historia de Soria describió sus orígenes «en familia de intelectuales, su padre fue fotógrafo artístico del museo de arqueología nacional. Durante sus años como director de la biblioteca entre 1946 y 1985 se preocupó mucho por la cultura soriana. Hizo conciertos, conferencias y representaciones teatrales. Trabajó con grandes artistas. Con Julián Marías creo los cursos internacionales de verano, en los que participaron gente como el catedrático de lengua y literatura José María Blecua o el arquitecto Checua Goitia».

 

Añadió que «fue uno de los máximos representantes de la cultura soriana. Publicó más de 50 libros a partir de la historia de Soria. Fue uno de los grandes intelectuales del siglo XX», concluyó.

El colaborador de DIARIO DE SORIA-EL MUNDO, Joaquín Alcalde, declaró que «ya llevaba unos días delicado. Fue una de las referencias de la cultura soriana. Aunque nació en Granada se consideraba soriano, era de familia soriana. También fue delegado provincial de Educación y dejó una biografía importante, además de cofundar los cursos internacionales de cultura hispánica junto con Julián Marías. Era una referencia de la cultura soriana, a pesar de que vivía en Madrid».

 

El archivero municipal José Antonio Martín de Marco declaró que «le conocía hace muchos años y siempre que publicaba un libro se lo mandaba. Tenía una correspondencia vital. Era un sabio local en todos los aspectos culturales de Soria. Era pequeño, pero con un talento impecable y muy cariñoso con sus amigos. Realizó una labor impresionante tanto en sus libros sobre los personajes sorianos como en los estudios sobre el ‘habla de Soria’. Fue el mayor exponente de la cultura soriana y guardaré la correspondencia con él como oro en paño. Siempre me animaba a seguir trabajando e insuflaba el espíritu de los grandes personajes que nos dan ánimo».

 

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