REPORTAJE
Cuando el farmacéutico también es mileurista
El despertador suena a las ocho. Primero, las tareas propias de una madre con tres hijos. A las pocas horas, Kika dará vuelta a la llave y levantará la persiana de la botica, a la que, con suerte, entrarán cinco personas en la jornada laboral. En algo acompaña la suerte: casa y lugar de trabajo están prácticamente juntos. Hay pocas más razones para el optimismo en el gremio de los farmacéuticos, al que las últimas bajadas del precio de los medicamentos ha azotado fuerte. Reguladas a través de reales decretos, las medidas del Gobierno para recortar el gasto sanitario han beneficiado al bolsillo del ciudadano pero han puesto en una «situación muy complicada» a cerca de la mitad de las farmacias que hay en Soria. Y eso, a la larga, también podría influir en el ciudadano.
Francisca Castro Corada está al frente de la de Matamala de Almazán y sabe de lo que habla cuando asegura que «un farmacéutico hoy también puede ser mileurista y menos que eso». Vocal de las farmacias rurales en el Consejo del Colegio de Farmacéuticos de Soria, Kika -como la conocen sus vecinos- habla de las consecuencias negativas que han tenido los reales decretos para el sector, pero marca diferencias: «La rentabilidad ha bajado en todas las farmacias, pero en el medio rural la problemática es más acentuada. Y mira el medio rural que hay en Soria».
El presidente del colegio, José Luis Blanco Pérez, pone cifras a esta realidad. De las 68 farmacias que hay en la provincia, 47 están en el medio rural, sin contar las cuatro de Almazán y las tres de El Burgo. A ellas hay que sumar las 14 farmacias de la capital. «De todas las rurales, 30 están en una situación complicada», sostiene Blanco, sin contar con las de municipios como los de Ágreda, Ólvega, San Leonardo, Navaleno, Vinuesa, Covaleda y Duruelo, entre otras. «¿Problemas de viabilidad en el futuro? No me atrevo a afirmarlo, pero sí, la situación de esas 30 es complicada. En muchas su beneficio neto puede ser mileurista», reitera.
El presidente del colegio indica que dentro del gremio puede haber situaciones muy dispares, ya que si bien «la facturación global ha bajado en todas», no es lo mismo una farmacia con 20 años de antigüedad «que ya haya amortizado toda la inversión que hizo en su momento», que otra más reciente, y especialmente si está ubicada en el medio rural.
Según Blanco, en la última década «salimos a dos decretos por año», pero han sido los dos de 2010 los que han provocado el mayor malestar en el sector: supusieron una nueva bajada en los medicamentos genéricos, descenso del precio en el resto, además de que con la orden de referencia vuelven a bajar. Según el presidente del Colegio de Farmacéuticos, el poder adquisitivo de los farmacéuticos ha bajado ocho puntos en la última década.
Según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, «la farmacia ha aportado 5.457 millones de euros por todas las medidas que se le han ido aplicando desde el año 2000». En el pasado año, sólo por los reales decretos 4 y 8/2010, aportaron a nivel nacional 624 millones de euros, según las citadas fuentes que no dispone del dato provincializado. La farmacéutica de Matamala hace un inciso para dejar clara una cosa: «No somos ricachones, ni ‘hijos de’ y tampoco funcionarios. En Soria estamos mucha gente joven, en pueblos pequeños, con créditos, y con estos ‘decretazos’...». Queda claro. El escenario al que se refiere esta cordobesa de nacimiento no tiene nada que ver con el que presenta al farmacéutico como «una de las fuerzas vivas del pueblo».
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