«La satisfacción que tenemos es haber podido salvar una vida»

Habían pasado ya las diez de la mañana cuando sonaron las alarmas en la soriana calle Medinaceli. Un hombre había sufrido un desmayo, por lo que tres policías nacionales que se encontraban tomando su habitual café en un bar de las inmediaciones corrieron a auxiliar al enfermo. Sin embargo y lamentablemente, pudieron percatarse de que el desmayo no era tal, sino las consecuencias de un infarto de miocardio producido segundos antes.

Con una gran profesionalidad, con templanza y sin perder ni un segundo, Carlos Carazo, Diego Simón y Rafael Gil procedieron a mantener con vida al infartado ya que los servicios sanitarios que habían sido solicitados acudieron en función un aviso por desmayo, no por un paro cardíaco, circunstancia que hizo de no disponer de los medios necesarios para estas contingencias. Finalmente, se hizo llegar un desfibrilador desde el centro de salud de La Milagrosa y otra ambulancia ya con personal y medios adecuados se hizo cargo del asistido quien en estado grave fue trasladado de urgencia a Valladolid, salvando finalmente su vida.

«Fueron veinte minutos inquietantes y que pasaron rápidamente», recuerdan los tres agentes que han sido premiados por la Fundación Científica Caja Rural  (FCCR) a los Valores Humanos de esta edición 2011.

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