MACROFIESTA EN PINAR GRANDE
La Subdelegación permitió la entrada de ‘los ravers’ a la acampada ilegal del pantano
El subdelegado del Gobierno ordenó al teniente coronel jefe de la Comandancia de Soria que se reabriera una pista situada junto a Pinar Grande, que previamente se había cortado, para que los ‘ravers’ pudieran acceder a la acampada ilegal ‘Spaintek 2011’. Ésta es una de las principales conclusiones que se extrae del informe que realizó el agente medioambiental de la Mancomunidad de los 150 pueblos al que ha tenido acceso este periódico. Pero no la única.
El citado trabajador, que responde al identificativo de AM-03, precisa que «sobre las 18.05 horas» de ese mismo día llegó una orden de desalojo de la macrofiesta ilegal por parte de la Subdelegación. «El subdelegado del Gobierno ordenó que los agentes medioambientales nos dirigiéramos a la zona de la acampada ilegal, y les ordenáramos levantar el campamento dándoles un plazo hasta la 22.00». «En caso de no desalojar el campamento» a esa hora, «entrarían los agentes de la Guardia Civil a desalojarlo». La hora llegó, pero no se produjo el desalojo.
Hay que remontarse al origen del documento para entender sendas decisiones. El agente medioambiental detecta a las 12.00 horas del 19 de agosto «la presencia de un número elevado de vehículos (más de 100) y la acampada de un gran número de personas (más de 300)».
Entonces «contacta con un agente medioambiental de la Junta y, una vez observada la situación, informamos a nuestros superiores». «En la entrada de la carretera CL-117 con la pista de depósito de agua de playa Pita», relata el agente, «observo un vehículo extranjero mal aparcado y fuera de la pista asfaltada». «Me dirijo a identificar al titular y, al llegar, observo a dos personas de paisano que están identificando al conductor». El agente indica que «son guardias civiles». «Me preguntan por la acampada ilegal y les informo por dónde tienen que entrar para llegar a ellos».
A continuación, el trabajador de la Mancomunidad va «de nuevo a la zona» y observa «como cada vez llegan más vehículos extranjeros». «Con el agente medioambiental de guardia comentamos que se tendría que cerrar la pista forestal para impedir que sigan llegando más vehículos». El tiempo pasa y la Guardia Civil «no hace acto de presencia». En las señales del cruce de la CL-117 con la pista forestal que va al Amogable, observa pintadas en las que pone ‘Teknival’, la cifra 23 y la dirección a seguir para llegar a la macrofiesta. «Procedemos a borrarlas».
«El tiempo va pasando y el tránsito de vehículos hacia la zona de acampada ilegal va aumentando exponencialmente». «El agente medioambiental de la Junta» hace «llamadas para que nos autoricen a cerrar la pista de acceso al Amogable desde la CL-117». A las 15. 10 horas, «se presenta una patrulla de la Guardia Civil de Abejar» y «les informamos que el número de vehículos en la zona ya supera los 175 y de que el número de personas llega a 300».
El agente relata que siguen «esperando a que se nos autorice para cortar el acceso a la acampada ilegal pues pensamos que era la mejor opción, ya que como no podíamos actuar contra la acampada ilegal por falta de medios, sí podíamos evitar que siguiera ampliando su tamaño».
A las 16.15 horas, «el delegado de la Junta autoriza a cortar la pista de acceso al Amogable con la CL-117». En el informe se explica que los vehículos que iban llegando, al ver que está cortada la vía, «aparcan donde pueden y se desplazan a pie a la zona de la acampada». Otros «se cuelan por la visita del Cuento».
A las 17.30 cortan también esta ruta alternativa, para evitar que sigan llegando vehículos. Pero ‘los ravers’ se cuelan ahora «por el arroyo de Mojabragas», para lo cual no dudan «en construir un paso para vehículos». La situación se controla colocando «un autobombo de incendios Charlie 3; nadie vuelve a pasar».
Es entonces cuando llega la orden de desalojo de la Subdelegación delGobierno. Son las 18.05 horas. «Una vez recibidas dichas instrucciones nos desplazamos a la zona de la acampada ilegal» un grupo de agentes medioambientales y dos guardias civiles para advertir que «esta fiesta es ilegal». «Les ordenamos que deben desalojar esta zona y marcharse antes de las 22.00», relata el agente, que explica que durante la operación les dijeron que «si ustedes no se han marchado antes de esa hona entrarán los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y les desalojarán de forma inmediata». Entonces, hay en la acampada «entre 400 y 500 personas instaladas».
La operación «finalizó sobre las 19.10 horas». «El tiempo iba transcurriendo y la pista forestal estaba cortada en los dos puntos de control y en el posible acceso al Pantano, por lo que los vehículos se iban acumulando en la carretera CL-117». «La situación en este punto se iba complicando exponencialmente por lo que cada vez llegaban más personas de la Guardia Civil», escribe el agente, que precisa que «en este punto se encontraba el teniente coronel jefe de la Comandancia de Soria».
El reloj marca las 22.00, hora límite dada a los acampados, y en el documento se explica que «no se actúa por parte de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en el desalojo de la zona».
Una hora más tarde, «la situación empieza a ser complicada». «El número de vehículos cada vez es mayor y la inseguridad en la carretera empieza a ser preocupante». Y es que los vehículos de ‘los ravers’ comienzan «a moverse y a cruzarse en medio de la carretera» para «cortarla en sendos sentidos». «Comienzan a pitar y a gritar frases contra los que nos les dejábamos pasar»
Llegan las 23.45 horas, y «el teniente coronel jefe de la Comandancia nos comunica» la orden del subdelegado del Gobierno «de abrir la pista y permitir el paso de los vehículos, y dejarlos llegar a la zona de la acampada ilegal». «Como nuestras instrucciones eran que la pista tenía que permanecer cerrada según instrucciones del Delegado Territorial de la Junta, se realiza un acta de pista forestal». Después se abre; los vehículos comienzan a llegar a la acampada.
Al día siguiente, a las 08.00 horas, el campamento ya tiene «en torno a 1.200 personas».