Pluriempleada en la capital del mundo

Tras terminar sus estudios en la Escuela de Artes de Soria Nerea Pérez Fuentes, de 24 años, se está fraguando su camino laboral en la capital administrativa de Estados Unidos, Washington, y no parece que le vaya nada mal a tenor de las múltiples ocupaciones a las que dedica su tiempo en una ciudad que le deja tiempo para ello «ya que es muy aburrida, aunque muy cómoda». 

 

De este modo se gana la vida dando clases de español a un chico de 17 años y cuidando a una niña americana de tres, «todo ello mientras recibo clases de inglés  en la escuela pública con la intención de ir a la universidad de Washington. Quiero completar mi formación recibiendo clases de arte en la universidad, es una especie de Magisterio en España, que sirve para dar clase de arte a los niños, por lo que estaré por lo menos un año más en Estados Unidos. Ese es uno de mis principales objetivos ahora». Esto lo compagina con las artes plásticas: «Me estoy introduciendo poco a poco en el tiempo libre que me queda, mientras estudio y trabajo, en pintar. Concretamente en decoración de paredes de las casas, estoy empezando pero me resulta muy interesante».

Su integración en la capital de la Casa Blanca no fue difícil «ya que cuando llegué hace siete meses ya tenía contactos. Había pasado algunos meses anteriormente en Carolina, Washington y Delaware, y conocía algunas personas de Soria que habían estado viviendo en Estados Unidos».

En lo que se refiere a su día a día en una de las ciudades más blindadas del mundo Nerea declara que «me levanto muy temprano por la mañana para trabajar, si bien estudio en el turno de noche. Es una ciudad sin una gran actividad cultural y el transporte público es una locura. Washington es una ciudad de aproximadamente un millón de personas, en cuyo centro abundan principalmente los ejecutivos y los turistas de visita a la Casa Blanca». Hay que tener en cuenta que es un lugar de peregrinaje para los millones de turistas que cada año visitan Nueva York, ya que apenas se encuentra a cuatro  horas de viaje.

«En Washington la mayoría de la gente vive en casas en el campo, en pleno contacto con la naturaleza, es muy lindo. Sin embargo es una ciudad en la que es muy difícil hacer amigos más allá de la gente con la que se trata en la rutina del día a día».

En este sentido echa de menos la noche y la fiesta soriana, «aquí a las 2.30 horas de la madrugada ya lo empiezan a cerrar todo. Se empieza a acercar el personal de los locales, de tres por tres metros, y te invitan a salir a la calle, por lo que una de las opciones más recurrentes, y de las que más a menudo se echa mano son las fiestas en las casas particulares. Además si se tiene ganas de fiesta a lo grande siempre queda Nueva York a pocas horas de viaje por carretera».

También echa de menos «la familia, los españoles y la comida», si bien allí no es difícil encontrar supermercados donde se venden productos tradicionales de la gastronomía peninsular.

No obstante «en Washington las comida es más cara que en España, lo mismo que la vivienda».

En lo que se refiere a la seguridad no duda en señalar que si bien hace unos años era una de las ciudades más peligrosas del mundo «ahora están haciendo una importante limpieza de sin techos, buena parte de ellos población afroamericana». Este fue un cambio evidente surgido en las ciudades afectadas por el 11-S a raíz de los atentados, si bien ya venían experimentando una importante transformación desde los años 90, lo que hace que para Nerea el balance de su estancia en Estados Unidos sea «positivo».