SORIANOS POR EL MUNDO
Multiculturalidad en el centro de Europa
La multiculturalidad que se vive en la capital administrativa de Europa enamoró desde el primer momento a Marina Fuentes, de 20 años, estudiante de la facultad de Traducción del campus de Soria que durante este curso realiza un erasmus en Bruselas.
Llegó en septiembre al Institut libre Marie Haps, y su ritmo de clases en el día a día le está permitiendo conocer en profundidad al cultura belga y de los países limítrofes. «Con el cambio de licenciatura de los planes de Bolonia a Bélgica no tenemos demasiadas clases, ya que nuestras asignaturas valen más créditos que las suyas, por lo que por la mañana voy a clase, dependiendo del día como en la universidad, y por la tarde tengo un curso de alemán» para terminar la jornada en torno las 19.00 horas, algo habitual en todo el país.
Lo que más le gusta de su estancia temporal en Bruselas «
es la multiculturalidad, es más grande que Soria y más cosmopolita, con lo que el repertorio de cosas para hacer es más amplio. Me gusta poderme relacionar con gente de todo el mundo».
En cuanto a la diferencia de los sistemas docentes entre Bruselas y Soria no tiene ninguna duda en quedarse con el segundo, «en Bélgica es todo más teórico y menos informatizado en cuanto a la traducción. A nosotros en Soria nos enseñan a traducir con ordenadores y nos enseñan programas que nos ayudan a traducir. Ellos son más de aprenderse un listado de vocabulario o buscarlo en un diccionario. Ellos aquí apenas utilizan el ordenador».
Su escasa estancia de nueve meses en Bruselas no le ha permitido llegar a sentir una gran nostalgia por Soria, si bien es clara al apuntar que «echo de menos la universidad en sí. Me gusta más la facultad de Soria. Luego de España sí que echo de menos la comida, en este sentido sí que se nota la diferencia».
«La comida en Bruselas es bastante más cara y en cuanto a España no encontramos tanta variedad de productos. Por ejemplo unos simples filetes de lomo de España aquí no existen. Aquí sobre todo comemos mucha hamburguesa y mucho chuletón bastante grande».
Fuentes recomienda para pasar un día libre en Bruselas «zonas como la plaza del parlamento, si bien nosotros estamos aprovechando los fines de semana para hacer turismo y visitar otras ciudades de Bélgica y del extranjero. Si no para salir a tomar algo aquí se va normalmente a las cervecerías, es lo que más nos gusta hacer. Es una ciudad joven con mucho movimiento sobre todo los días entre semana. Luego los fines de semana al ser Bélgica tan pequeña los chicos que no son del mismo Bruselas siempre se van a casa a sus ciudades. Por ello los fines de semana siempre hay menos ambiente de estudiantes».
En lo que respecta a la acogida que ha recibido en la capital belga apuntó que «estuvo bien, sobre todo en la universidad. El único problema que pudimos tener fue a la hora de establecer relaciones con los estudiantes belgas. En España en seguida les acogemos para ayudarles en todo lo que necesiten, mientras que a nosotros en Bélgica si no se lo pedimos ellos no te lo ofrecen».
Los lugares que más le gusta enseñar a sus visitas destaca «toda la zona de la Grand Place, todo el centro, el Manneken Peace y el Atomium», una estructura de 103 metros de altura construida para la Exposición General de primera categoría de Bruselas de 1958. Representa un cristal de hierro ampliado 165 mil millones de veces. Está formado por nueve esferas de acero de 18 metros de diámetro. Según Marina el Atomium se ha convertido en un auténtico símbolo de la capital de Bélgica. Está realizado en acero y aluminio, el conjunto representa un cristal de hierro.
Mientras, afronta los últimos meses de estancia en la capital belga con la esperanza de volver en el futuro.