Heraldo-Diario de Soria
Wo, sobrino de Juan, en el supermercado abierto en la calle Tejera. / ALVARO MARTÍNEZ-

Wo, sobrino de Juan, en el supermercado abierto en la calle Tejera. / ALVARO MARTÍNEZ-

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P. PÉREZ SOLER / Soria
Soria

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Mientras unos echan el cierre o cuelgan el cartel de ‘Se traspasa’, ellos abren establecimientos o se hacen cargo de un negocio en régimen de alquiler. Cualquier ciudadano que resida en una capital de provincia o en un municipio medianamente grande, tiene cerca un comercio regentado por un ciudadano chino. Y ya no son solo bazares o tiendas de ‘todo a cien’: es el bar de la esquina, donde el café lo pone ahora un oriental, o la pequeña tienda de barrio, que ha pasado a ser patrimonio chino. 

 

La expansión de sus negocios en el país es evidente, donde controlan ya más de la mitad del sector del comercio en ciudades como Madrid y Barcelona. E igual ocurre en Soria donde la prosperidad asiática es notable. Cerca de una treintena de establecimientos en la capital están regentados por chinos, al frente de bazares y restaurantes y ahora también de bares;  tiendas de alimentación y/o ultramarinos; de ropa, complementos y zapatería; y supermercados. El último en abrirse ha sido un supermercado esta misma semana, en la calle Tejera, si bien en su lugar había hasta hace no mucho tiempo un bazar, también oriental. 

Los ciudadanos chinos residentes en la capital ya no ofertan sólo alfombras, relojes o juguetes made in China. Desde hace un tiempo venden pan de Gómara o de otro pueblo, un ribera del Duero o cualquier otro producto que pueda encontrarse en una tienda de alimentación de las tradicionales; lo mismo sirven un torrezno con la corteza crujiente que una española tortilla de patata española. Y no sólo eso: antes era difícil ver en estos establecimientos un vendedor de otra nacionalidad; hoy, en la mayoría de los comercios regentados por asiáticos hay algún español, cuando no inmigrantes de otros países, muchos latinoamericanos. ¿Existe el misterio o, como dijo el presidente de Mercadona, es sólo cuestión de esfuerzo, sacrificio y trabajo?

¿Dónde está el secreto del poder asiático?, ¿son ciertas creencias como que estos establecimientos pagan menos impuestos que el resto? ¿viven tan al margen de la crisis económica y del consumo como parece?

El primero en negar privilegios es el embajador de China en España, Zhu Bangzao, quien durante una gira realizada a comienzos de año por las diferentes provincias de Castilla y León descartó que sus compatriotas tuvieran ventajas en España con sus negocios. También niegan trato de favor en las Administraciones, donde un comercio ha de hacer los mismos trámites y papeleo que cualquier otro ciudadano a la hora de emprender un negocio (licencia de obra, de actividad...).

Sin ayudas de ningún tipo

Mientras, desde la Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas, Foes, tampoco se advierte un trato preferencial a estos comercios, por parte del Gobierno español o el chino, creencia ésta bastante extendida. El vicepresidente de la Federación de Comercio, Fec-Soria, Alberto Gil Ropero, sostiene que los comercios promovidos por ciudadanos del gigante asiático «no tienen subvención ni bonificación de ningún tipo» y considera que en Soria «cumplen las normas», que son las mismas para todos. 

Gil Ropero apunta a los diferentes modos de funcionar y la cultura del trabajo tan dispar que hay en uno y otro país para afirmar que «en Soria no hay competencia desleal». Cita en este sentido la ayuda familiar que se prestan y la poca importancia que dan a trabajar un sábado o un festivo, «cuando aquí preferimos librar». «Si abren y cumplen las normas, pues allá ellos. A lo mejor para hacer 100 euros están no sé cuánto tiempo. Y si están seis es su problema. Los demás no podemos hacer eso. Pero ello no es competencia desleal», agrega.

El empresario quita hierro a la expansión de negocios de orientales en la capital al afirmar que «parecen más de los que realmente son, porque algunos cierran y vuelven a abrir otro. La realidad es que están bastante aceptados y asentados en la población, y para bien esperamos». 

Se trata de una comunidad de inmigrantes pequeña en relación con otras, pero próspera a tenor de los negocios que mueven. El número de ciudadanos censados en la provincia y nacidos en China era de 190 a fecha 1 de enero de 2012, según fuentes del Instituto Nacional de Estadística, INE. Es una población joven, muchos son familia entre sí: como sucede con otras comunidades de inmigrantes, la estancia o las buenas perspectivas comentadas por uno de los primeros en llegar han arrastrado al resto: esposa; hermanos; primos... 

Gil Ropero comenta que en su momento ha podido resultar llamativo que supermercados de la conocida cadena Día están dirigidos por ciudadanos chinos «pero es que en China hay establecimientos Día, que son de Carrefour, y aquí los hay que se los quedan en franquicia», añade.

En la patronal soriana apenas hay empresarios asiáticos, en la federación de hostelería «hay alguno y en la de comercio ninguno», indicaron fuentes de Foes, la cual ha realizado misiones comerciales a China en los últimos años, además de para afianzar contactos ya hechos «buscando atraer posibles negocios».

Para la presidenta de la Cámara de Comercio de Soria, Pilar Sánchez Barreiro, «la expansión del comercio chino es un hecho, tanto en España como en Soria», en lo que encuentra más de un lado positivo. La responsable de la institución cameral apuntó como primera ventaja la creación de empresas que supone la ampliación de estos negocios y todo lo que reporta, en alusión al alquiler  o venta de locales comerciales.

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