Cirac elogia el periodismo «justo e independiente» de Diario de Soria

Un siglo. Pocos periódicos pueden presumir de cumplir cien años. En los tiempos que corren, se diría que es toda una heroicidad. DIARIO DE SORIA/EL MUNDO forma parte de esa reducida lista de cabeceras longevas desde el pasado 5 de diciembre. Y, desde ayer, luce en su redacción la Medalla de Oro de las Cortes, la más alta distinción del Parlamento autonómico, como reconocimiento a sus «méritos y servicios en beneficio de la sociedad soriana y castellano y leonesa».

La presidenta de las Cortes, Josefa García Cirac, elogió el periodismo «elaborado, justo, independiente y respetuoso» del decano de la prensa soriana, en el discurso institucional que abrochó el acto de entrega de la Medalla, recogida por José Luis Ulibarri, como presidente de Edigrup, editora, entre otros, de DIARIO DE SORIA.

Ante un centenar de autoridades autonómicas y locales (de Soria y Valladolid), y de responsables de medios de comunicación, la presidenta de la Cámara destacó el «compromiso» del periódico con Soria y sus gentes. «Es el valor que mejor habéis sabido atesorar durante estos cien años», dijo, tras aplaudir el acierto de un proyecto editorial que ha sabido «integrar la información de Soria con la de Castilla y León». 

García Cirac se remontó al pasado para recordar que DIARIO DE SORIA, bajo cinco cabeceras diferentes y desde 2006 asomándose cada mañana a los quioscos de la mano de EL MUNDO, ha sabido «adaptarse» a los cambios, «tecnológicos y estéticos», con la «aportación de muy diversos equipos de profesionales». Y de ese pasado, este presente, en el que acumula la «solvencia» y «experiencia suficiente» para encarar el futuro «y superar las dificultades que pudieran plantearse». 

La presidenta de la Cámara tuvo palabras de reconocimiento para el editor actual y sus antecesores, por el «coraje» y los «riesgos» asumidos en la aventura empresarial, que revierten en Castilla y León generando «riqueza y empleo» y «cumpliendo una trascendental labor social».

Con DIARIO DE SORIA-EL MUNDO, dirigido desde agosto de 2013 por Juan Francisco Corcuera, son ya ocho los periódicos centenarios condecorados con la Medalla de Oro de las Cortes (nueve, incluyendo el desaparecido Adelanto de Salamanca), todos ellos «ejemplo de un compromiso firme con la libertad y la información».

En el papel esencial de la prensa centró García Cirac buena parte de su discurso. Llegó a calificarla como «una de las más importantes instituciones de Castilla y León». Y, frente al a veces infravalorado periodismo de provincias, la máxima responsable del Legislativo alabó el compromiso con la información local, «principal centro del interés del lector», y una especie de contrapeso frente a la «saturación» de los acontecimientos en la «era de la globalización».

Los medios de comunicación «benefician la configuración de un verdadero sentimiento de Comunidad»; son «imprescindible baluarte del proyecto regional» y han contribuido a encajar la «perfecta identidad» de Castilla y León con «el proyecto nacional».

Así se refirió Josefa García Cirac a los periódicos. Aludió a la «democracia comunicativa» que ejercen de cara al ciudadano, y a la relación entre los periodistas y los políticos, en una doble dirección. El periódico «sirve de instrumento de control de las actuaciones de los poderes públicos» y, al mismo tiempo, los dirigentes políticos pueden «atender más acertadamente las necesidades de los ciudadanos», a través de la realidad que hallan en sus páginas. 

Inmersos todavía en una crisis económica y de valores, García Cirac enfatizó la «relevancia» del periodismo, profesión vocacional llamada a trabajar por la «recuperación del honor y la honradez».

DIARIO DE SORIA ha visto nacer a Castilla y León como Comunidad. Y su papel –que la presidenta hizo extensivo a toda la prensa– es «esencial para construir una memoria fidedigna de la realidad pretérita». También presente y futura. La realidad de sus «pueblos» y «paisanos» que, en el caso de Soria, tan bien describió Machado, ilustre escritor del que Josefa García Cirac se sirvió para dibujar una ciudad «tan vivida».