CAMPO
La superficie de cultivo de regadío pierde 8.000 hectáreas en diez años
La provincia de Soria ha perdido entre los años 2004 y 2013 más de la mitad de la superficie de regadío que tenía. Los cultivos de riego ocupaban hace diez años una superficie de 14.860 hectáreas, según el Anuario de ese año publicado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Mientras, estos sistemas de cultivo situaban en Soria el pasado año 6.774 hectáreas, también según fuentes ministeriales. Ello supone 8.086 hectáreas menos.
La caída se produce en todos los grandes grupos de cultivo del regadío, que cayó un 54,4% en una década. El cereal, las leguminosas grano, la patata, los cultivos industriales, las forrajeras, así como las hortalizas descendieron en superficie regada durante ese tiempo. El descenso no se produce de forma sostenida. La reducción de la superficie cultivada regable tiene lugar de forma drástica en el último año a tenor de las cifras que maneja Agricultura. De hecho, la extensión de los cultivos de regadío es muy similar en 2004 y en 2012 –con 14.753 hectáreas- y cae en la temporada siguiente a las ya citadas 6.774 hectáreas.
El año con más superficie de regadío cultivada en Soria en la última década fue en 2005 según figura en el anuario correspondiente, con 15.719 hectáreas.
Atendiendo al peso del regadío en la superficie agraria provincial, los cultivos de riego tienen muy poco peso. Hace una década representaban un 4,7% del total de tierra cultivada y, según la última Encuesta sobre Superficies y Rendimientos en Cultivos en España correspondiente al año 2013, los cultivos de regadío apenas significaban el 2% del total.
El territorio regional también anota pérdidas en cultivos de riego, pero mucho menores: 33.375 hectáreas menos de cultivos al pasar de 451.806 hectáreas regadas a 418.431, lo que significa un descenso de 7,3%.
El secretario provincial de UPA, Raúl Ramírez, lamenta el «poco regadío que queda en la provincia», sobre todo después de la desaparición de la remolacha. A su juicio, la normativa europea sobre el sector significó un mazazo para Soria, donde entre 5.000 y 6.000 hectáreas se dedicaban a este cultivo. «La rentabilidad de la remolacha existía y sigue existiendo pero con las directrices europeas resulta más interesante traer el azúcar de fuera. Eso dañó mucho al regadío», añadió el responsable de la organización. Ramírez apuntó también el desarrollo que generaba el regadío a través del cultivo de la remolacha en cuestión de empleo («porque se necesitaban trabajos de mantenimiento y transporte») y desarrollo.
La caída del regadío acumula otras pequeñas restas como «la desaparición de los huertos en muchos pequeños pueblos debido a la transformación en secano. La extensión no es grande a nivel individual, pero también hay que tenerla en cuenta», añade el secretario de UPA para quien «en otros casos, estas tierras se han abandonado directamente».
Mientras, desde la Comunidad de Regantes de Almazán, la más potente de cuantas agrupaciones de riego hay en la provincia, recuerda que la provincia tiene la misma superficie regable, «aunque lo que puede haber cambiado son los cultivos de regadío». Así, «los cultivos propiamente de regadío han bajado, especialmente la remolacha pero por el contrario hay otros que han subido, como la patata y la judía verde», indicaron fuentes de los regantes de Almazán.
Mientras, la Federación nacional de Comunidades de Regantes, muestra su sorpresa por los indicadores de Soria sobre el bajón en los cultivos de regadío «cuando en general el regadío ha subido en la última década, porque ha evolucionado la modernización», en palabras de su presidente, Andrés del Campo. En este sentido, recordó que entre 2.000 y 2012 en España se han transformado un millón de hectáreas de regadío, pasando de riego de gravedad al de localización.