AGRICULTURA
«Las tarifas eléctricas están maltratando al regadío español»
Fenacore y la Comunidad de Regantes de Almazán critican el sistema de Industria
Todo el esfuerzo que ha hecho el sector de regadío con el apoyo de las Administraciones se puede ir a traste si las facturas de la luz siguen registrando las cifras de rigor. Este temor inquieta a muchos regantes y preocupa, y mucho, en la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España, Fenacore, a la que pertenece la Comunidad de Regantes de Almazán. Andrés del Campo, su presidente, clama por un cambio en la tarificación eléctrica que se hace a la agricultura de regadío, unos cultivos «maltratados» por este tipo de tarifas, apunta. El dirigente nacional pone sobre la mesa la evolución y la modernización del regadío en la última década, con la transformación de un millón de hectáreas, lo que «se puede ir al garete» por esta cuestión, al convertirse los sistemas de riego de canales en riego localizado especialmente, o de otro tipo».
«La realidad es que hay un coste energético que dispara los costes a los que tienen que hacer frente los regantes», apunta Del Campo, explicando algunas cuestiones que consideran injustas. De un lado, aumentan los costes fijos por la máxima potencia contratada «se utilicen o no los motores. Y quizá se utilicen diez días en agosto. Eso ha aumentado y nos está estrangulando»», advierte el dirigente nacional, que hace unas semanas sacó a la calle a sus asociados con manifestaciones en distintas provincias.
La protesta de Fenacore ante el Ministerio de Industria va acompañada de algunas propuestas, la primera de las cuales es poder facturar por la potencia «realmente registrada y no por la máxima contratada para el año», en palabras del presidente de la federación. Andrés del Campo cree asimismo posible «que la legislación permita dos tipos de contratos, uno para canales de riego y otro para cuando no se riegue». Del mismo modo, el presidente nacional de los regantes sostiene que es necesario aplicar contratos (de energía eléctrica) por temporada, algo que ahora ya es factible, si bien «supone semejantes sobrecoste que no compensa cogerlos». Por último, Del Campo cree que sería posible aplicar un IVA reducido a los regantes, «al igual que se ha reducido en otros países».
Para explicar la importancia del regadío, Andrés del Campo recuerda que la superficie de cultivo es mínima, ya que tan sólo significa el 15% de la superficie agraria útil, «y sin embargo produce el 60% del total de la producción. De ahí que tenga mucho futuro». El presidente de Fenacore recuerda que el aumento de la población mundial acarreará un aumento de la producción anual de más del 40% antes de 2030. «Eso sólo será posible con el regadío y con la biotecnología», añade. O lo que es lo mismo, «necesitamos cultivar con menos necesidad de agua y productos fitosanitarios y esto es un reto de la agricultura y del regadío».
En similares términos se expresan desde la Comunidad de Regantes de Almazán, indicando que «el futuro de la agricultura está en el regadío. Argumentar que se trata de normativa europea no es excusa», indican las citadas fuentes, que apuntan al Ministerio de Industria como el responsable de las elevadas tarifas eléctricas. «Si se quiere, se puede», concluyen.
La Comunidad de Regantes de Almazán ha celebrado asamblea esta pasada semana para hablar precisamente de la campaña de riego. Se da la circunstancia de que las obras de modernización del regadío en la zona obligan a tener que compatibilizar dos sistemas de riego, el antiguo y el nuevo, y a planificar con el mayor ajuste posible cuándo y cómo se riega.
Además, y según explican fuentes de la Comunidad de Regantes, ahora se está haciendo la reconcentración parcelaria, lo que se tiene en cuenta en las obras de modernización, de forma que se deje el hidrante (grifería e infraestructura de agua) en las parcelas resultantes de la reconcentración.
En torno a 800 propietarios de tierras forman parte de esta agrupación, veterana de la provincia en regadío. Un sistema de cultivo con una incidencia directa en el desarrollo social y económico de un municipio, recuerdan las citadas fuentes, que añaden: «El regadío fija población y eso es una forma de desarrollo».