Heraldo-Diario de Soria

SANIDAD

Sacyl costea la hormona del crecimiento a 15 niños

La suma requerida para el tratamiento por los niños sorianos es de 75.000E

Laboratorio del complejo hospitalario de Soria.-VALENTÍN GUISANDE

Laboratorio del complejo hospitalario de Soria.-VALENTÍN GUISANDE

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Sacyl costea la hormona del crecimiento a 15 niños en la provincia de Soria con un presupuesto de 75.000 euros al año. Es un tratamiento que hasta hace unos años era mucho más elevado y que se administra tras unos rigurosos análisis de un comité evaluador desde que se empieza a detectar el problema, con tallas por debajo de la media, hasta que concluye el tratamiento.

Hay que tener en cuenta que el coste medio del tratamiento de un niño con hormona de crecimiento en Castilla y León es de 5.000 euros anuales, si bien el rango de precios oscila de 4.300 a 6.300 euros al año. Esta variabilidad obedece a los factores que determinan la dosis que ha de utilizarse: indicación, peso del paciente, superficie corporal, así como la presentación del medicamento.

En Soria el acceso a los tratamientos con hormona tiene su origen en el pediatra responsable de la asistencia sanitaria al menor, que remite al paciente al pediatra endocrino de Atención Especializada. Cuando éste considera que un paciente puede ser subsidiario de dicho tratamiento debe solicitarlo al Comité Asesor de Hormona de Crecimiento, que valorará si el paciente reúne los criterios de tratamiento que se especifican para cada indicación.

Una vez autorizado un tratamiento por el comité el paciente puede adquirirlo en la farmacia del hospital. Este tratamiento se va revisando de forma anual por los pediatras endocrinos.

Según señaló el especialista en endocrinología pediátrica del hospital José Antonio García los criterios para administrar el tratamiento son cinco: Déficit de la hormona del crecimiento, síndrome de Turner, síndrome de Prader Willi o insuficiencia renal crónica, «por lo que si no se cumplen esos criterios no existe la indicación para administrar al hormona. El principal criterio es que el niño tenga baja talla desde el nacimiento hasta los 14 años. Esto lo detecta el pediatra con respecto a unas tablas estándares para la población española del año 2010 y a partir de ahí si quedan por debajo se considera que eso es patológico y se inicia todo el proceso».

El siguiente paso consiste en hacer unas determinaciones analíticas «que fundamentalmente se refieren a valorar la capacidad que tiene el niño de producir la hormona del crecimiento y ver si existe el déficit. Si cumple todos los requisitos se cumplimenta un protocolo para un comité asesor de Valladolid, que reevalúa los casos».

En algunos casos se generan conflictos porque el padre solo por el simple hecho de ver al niño bajo ya reclama el tratamiento. En este caso García señaló que «el hecho de que exista un comité sirve para resguardar la ansiedad que tienen algunos padres de que su hijo no crezca lo que ellos desean, cuando el niño está bien».

La administración de la hormona, una vez que el comité asesor da el permiso para recibir el producto, se hace por inyección de forma autónoma por el paciente. Se adquieren unos viales que van en unas plumas recargadas que se inyecta el niño cada día el niño antes de acostarse por vía subcutánea.

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