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MICOLOGÍA

Decomisos, cerco al recolector furtivo

Soria pide a la Junta que finalice el decreto que regule la comercialización micológica para evitar el pirateo

Operativo coordinado de la Junta de Castilla y León y la Guardia Civil para control de los aprovechamientos micológicos.-Concha Ortega / ICAL

Publicado por
L. Sánchez/ ICAL
Soria

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Son grupos organizados de rumanos. Llegan a los denominados ‘puntos calientes micológicos’ con el ánimo de hacer campaña para un tercero que les provee de una furgoneta y útiles para salir al bosque a recolectar setas. Se asientan en campamentos, en zonas prohibidas para el efecto e incumplen la ley de montes sistemáticamente, ya que no solo no pueden recolectar setas con fines comerciales, sino que tampoco pueden acampar, hacer fuego o hacer caso omiso a la práctica del ‘buen recolector’.

El denominado furtivismo micológico es un nuevo fenómeno, que nace de la ‘micofilia’, que, si bien, no está penado por la ley, porque no existe una norma que lo regule, entraña una sanción administrativa que puede llegar hasta los 700 euros para quién recolecte sin permiso, o teniéndolo se exceda del cupo (tres a cinco kilos) o incumpla la buena praxis.

La Guardia Civil y los agentes medio ambientales de la Junta cada vez estrechan más el cerco sobre estas personas, nómadas, con escasos recursos y que no solo recolectan en Soria, ya que también la vecina Comunidad de La Rioja y las provincias de Burgos, León, Zamora e incluso Teruel en campaña de la trufa lo sufren.

En Vinuesa los grupos organizados de recolectores alegales están empezando a suponer un problema social. Esta semana la Guardia Civil desalojaba dos campamentos de rumanos en esta localidad que pretendían recolectar boletus y níscalos en la zona de Urbión. Estas persona habrían protagonizado pequeños robos en tiendas de comestibles y algún comerciante habría cerrado su establecimiento hasta que se produjera su marcha. A este problema se le une el hecho principal: los sorianos tienen establecido la prohibición de que los de fuera recolecten sus setas con fines comerciales, es decir, pueden venir recolectar tres o cinco kilos al día con fines recreativos, pero no hacer negocio con su recurso.

El jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta, José Antonio Lucas, explica que la Guardia Civil y los agentes medio ambientales han tenido que adaptarse a esta tipología de grupos cada vez más numerosos de recolectores furtivos, que son, en ocasiones, “agresivos”. “Mientras hacen el decomiso de las setas escupen a los agentes, o les amenaza con una piedra o tienen una navaja que no la suelta de la mano. Hemos tenido que equipar a nuestros agentes para que vayan con más seguridad. Llevan furgonetas nuevas modernas en perfectas condiciones. Están organizados”..

Es por ello, que la Guardia Civil ha comenzado a investigar quién está detrás de esta red de grandes intermediarios que son los que los organiza a los furtivos, que llegan de forma masiva y que saben dónde y cuándo ir, según confirma el sargento del Destacamento de la Guardia Civil de San Leonardo de Yagüe, Lorenzo Pascual.

La Unidad de Gestión y Aprovechamiento Micológico (UGAM) ‘Montes de Soria’, que engloba más de 80 ayuntamientos propietarios de bosques y montes regulados’, ha solicitado a la Junta de Castilla y León que termine de desarrollar un decreto o normativa que regule la comercialización de las setas y permita integrar la venta del producto en un circuito legal, que garantice la procedencia para evitar el pirateo que existe, a pesar de los cuantiosos controles y decomisos que se producen.

Negocio para los sorianos

Qué Soria es un paraíso micológico es de sobra conocido, eso sí, lo que a algunos les cuesta entender es que sus setas solo pueden ser comercializadas por los locales, que son los únicos que pueden obtener un permiso de recolección comercial, una decisión que se tomó el pasado año en aras a garantizar la sostenibilidad del recurso y a que el valor añadido que genera el recurso se quede en el medio rural.

La campaña micológica del año pasado se saldó con 1.025 controles a recolectores por parte de los Agentes Medioambientales de la Junta de Castilla y León. Se realizaron 710 denuncias (85 por ciento) a extranjeros. La mayor parte de las denuncias por recolección sin autorización. Las setas decomisadas se elevaron a 11.000, con un beneficio para los ayuntamientos de la citada unidad de unos 8.000 euros.

En lo que va de campaña este otoño se han decomisado más de 3.200 kilos de setas y levantado cerca de diez campamentos. Sin embargo, la recolección furtiva se produce a diario y no hay día que la Guardia Civil levante un campamento en el Valle o Pinares o decomise producto.

La Guardia Civil de Soria realiza “controles estáticos y batidas en los puntos calientes de recolección” a diario, según detalla el agente Pascual quien desmiente que los grupos organizados de rumanos que recolectan en los montes sorianos sin permiso causen ningún problema, más allá, de que generan con la acampada. “No tenemos constancia de que se haya producido ninguna denuncia por robos o altercados. Otra cosa, bien distinta, es lo que se oye”, indica.

Atrás ha quedado el tiempo en las que los presos de Soria y los ancianos de las residencias degustaban los manjares del bosque al llegar el otoño, debido a que las setas decomisadas se utilizaban para fines benéficos. La Unidad de Gestión del Aprovechamiento Micológico ‘Montes de Soria’ consideró que los beneficios de las setas decomisadas en los montes que la conforman debían de redundar en los ayuntamientos propietarios, un reparto justo, que trata de compensar los estragos que producen los recolectores ilegales. De este modo, tras la inspección correspondiente las setas decomisadas vuelven al circuito (se ponen a la venta), y se genera un ingreso más para la UGAM..

La micología tiende a profesionalizarse en Soria y se busca que se le dé el impulso definitivo con una norma específica para la comercialización del producto que evite la picaresca y el pirateo con las setas.