Félix Gonzalo: "En el gen del padre viene quejarse"

Hombre atribulado, padre de sus hijos y representante de otros cientos, asesor de otros miles –en este caso, casi abuelos...-, no tenía bastante con ello que se embarcó en la ‘tierra de nadie’ que es la Fapa, más de un año sin que nadie la quisiera. Y aquí está aprendiendo lecciones diarias e intentando sacar horas de estudio. Se llama Félix Gonzalo Cabrerizo (Soria, 1969), es secretario de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos, y asesor jurídico de Asaja.

Pregunta.-Dígame ¿cuanto cobra como secretario de la Fapa?

Respuesta.-¿Menos 300 euros al mes? (¿Eso le cuesta estar en la Fapa? Va a animar poco así al personal). Es verdad, quítalo. (Ríe)

P.-¿Qué clases le dan en el día a día como alumno?

R.-¡Qué pregunta! Realmente tengo que estudiar todos los días por mi profesión, pero para estar al día de mi trabajo. Otra cosa es que el hecho de ser padre y estar en un cargo semipúblico como son las Ampas me deje poco tiempo... Pero tendría que estar estudiando todos los días. (¿En qué suspende?) Suspendo en disponibilidad horaria. Me faltan horas al día y soy un malqueda.

P.-¿Por qué hay padres que nos quejamos de todo, todo, todo?

R.-Eso viene en el gen del padre. El padre se tiene que quejar.

P.-¿Qué da más miedo, una educación dirigida o no acabar temario?

R.-A mí me da más miedo una educación dirigida. En lo segundo... ya se buscarán otras vías para completar un temario, porque no todo lo que se da en clase es lo único que se tiene que aprender. Luego hay que completarlo y lo completa la vida. Si va dirigida, a lo mejor lo que se obvia es lo importante.

P.-¿De qué no se fía de un padre?

R.-A lo mejor de convencionalismos... Yo no me fío de ellos.

P.-Si en clase los forman ¿qué hacemos los padres en casa?

R.-Es que la educación no sólo está en la clase. De las cuatro patas de la educación es sólo una. La de la familia es la principal; y los amigos es otra, básica; y la sociedad en sí es la cuarta. La del cole es una pero no la más importante. Hay problemas en el cole que vienen de casa.

P.-Usted de pequeño, ¿qué se negaba a estudiar?

R.-Mi hija me odiará, Química. La Química, falta. Todo lo que llevara números se me daba mal. De hechos estudié Derecho porque pensaba que no llevaba números y luego me aburrí de números.

P.-Pues dígame una fórmula para la mejor educación posible.

R.-Digo que no gustan los números y pides fórmulas. Con letras, familia+profesores+amigos+administración, éxito educativo.

P.-Al abogado, ¿cuánto le cuesta a veces callar?

R.-Soy de los que no me callo, pero a veces me enveneno.

P.-Al padre, lo mismo...

R.-El padre es el que no se tiene que callar, el que tiene que estar informado con su hijo y con los profesores. (¿Hablamos de más los padres?). Hablamos en exceso y ahí añado que los wasap hace mucho daño.

P.-¿Qué le enseñaban a usted que deberían enseñar ahora?

R.-Creo que ahora estudiamos lo mismo pero de forma distinta. Lo que falta es una mayor convivencia entre alumnos. Quizá porque antes los compañeros de clase eran los vecinos. (Creí que me iba a decir autoridad). La autoridad de antes estaba mal entendida.

P.-¿A qué jugaba de crío?

R.-Jugaba en la calle a todo, incluso a lo que no dejaría hacer ahora a mis hijos.

P.-¿Qué enseña a sus hijos que no aprendan en el colegio?

R.-A ser amigo de sus amigos, a respetar, a no engañar, creo que también lo hacen en el cole, pero ahí recalco.

P.-Dígame, usted se rebela ¿contra qué...?

R.-Contra las imposiciones. (Pero seguro que tiene la última voz en casa). En casa digo ‘esto es una dictadura’, pero la imposición en el pensamiento, en lo educativo... No somos ovejas que tengamos que pensar lo mismo...

P.-Un terreno resbaladizo.

R.-La educación lo es.

P.-Usted ¿qué discursos no cree para estar bien informado?

R.-La información de los dos extremos. No me creo ninguno. Hay que leerlos pero no me creo ninguno.

P.-¿Se molestará si me asombra un padre en un Apa?

R.-Me lo dice mucha gente. Pero nos sorprendería saber que hay muchos presidentes de asociaciones que son hombres, aunque también es cierto que yo estoy rodeado de mujeres en mis Ampas.

P.-Al agrario, ¿por qué el campo soriano es más que nada cereal?

R.-Sólo tenemos sota, caballo y rey. Aunque ahora tenemos algo de regadío que diversifica un poquitín, pero ojalá tuviéramos las 40 cartas de la baraja.

P.-¿De qué se tiene que defender un agricultor?

R.-Hoy de casi todo. De las injusticias... Hoy más que defenderse, lo que tiene que hacer es esta plenamente informado porque hoy la agricultura no es sólo ser un buen campesino. También lo es saber llevar perfectamente los papeles.

P.-Pero de algo tendrá que defenderse; si no, no le contratarían...

R.-De la Administración podía haber dicho. Más que defensa, somos asesores...

P.-Parece un padre guay, pero no me creo que no controle a sus hijos.

R.-Controlarlos como el que más. Y a medida de que me vuelvo mayor, más controlador. Quizá porque veo más riesgos.