CULTURA
«La decadencia de la provincia es proporcional a su grandeza»
Llamazares participa en la reedición de ‘Donde la Vieja Castilla se acaba: Soria’
El escritor leonés Julio Llamazares pisó ayer suelo soriano. Una provincia de la que dijo que estaba enamorado durante su estancia en la librerías Las Heras de la capital, en la que firmó ejemplares de sus últimas obras, ‘El Viaje de don Quijote’ y ‘Distintas formas de mirar el agua’.
Llamazares atribuyó su conocimiento de la provincia y parte de la atracción al escritor soriano desaparecido Avelino Hernández, al que definió como su embajador en Soria. Y es que Soria, Avelino Hernández y Julio Llamazares forman un triángulo desde 1983.
Ese año el escritor leonés atravesaba la provincia de Soria camino de San Pedro Manrique para realizar un reportaje sobre el enigmático Paso del Fuego. Al llegar a la capital, callejeó y llegó hasta la librería Las Heras. En el escaparate de esa víspera de San Juan había un libro de Avelino Hernández, ‘Donde la vieja Castilla se acaba: Soria’, cuya reedición fue presentada ayer por la Asociación de Amigos de Avelino Hernández en el Casino.
Llamazares compró el libro y comenzó a descubrir la provincia de Soria y sus problemas, ahora de plena actualidad como la despoblación y el abandono de la zona rural, entre otros. Aquel día de junio de 1983, Llamazares se llevó otra sorpresa en el puerto de Oncala, el director de cine José Luis Cuerda rodaba en el puerto de Oncala. Ahí comenzó el idilio del escrito leonés con la provincia de la que dijo que: «Al pasar a Soria siento una emoción especial».
Llamazares firmó los dos primeros libros a Milagros y Avelino, un matrimonio residente en Almería. Luego se sucedieron las rúbricas y más tarde participó en la presentación de la reedición del libro de Avelino Hernández que hace 33 años le abrió las puertas de la provincia de Soria, de la que dijo que «cuya decadencia es proporcional a su grandeza».