LA CAPITAL
«He investigado mucho, pero mi gran ilusión sigue siendo Soria»
Martín de Marco, nuevo cronista de la ciudad
El próximo mes de mayo, José Antonio Martín de Marco recogerá el testigo de su amigo, el fallecido Miguel Moreno, como cronista de la ciudad. 38 libros son muestra de su amplia trayectoria y sus cientos de columnas en DIARIO DE SORIA/EL MUNDO dan fe de su perfecto conocimiento de la realidad de la sociedad soriana.
Pregunta.-¿Qué supone el nombramiento como cronista de Soria?
Respuesta.-Pues supone un honor, personal, ser cronista no es para menos. Hay que dignificarlo en la medida que se pueda y plasmarlo. Ser cronista es trabajoso, hay que ser notario de la realidad y del pasado y también hay que decir aquellas cosas que nos puedan ayudar a prevenir el futuro, así lo han definido todos los cronistas. Miguel Moreno –anterior cronista de Soria– fue mi amigo, hablábamos mucho, es importante sacar a la luz todo aquello que nos permita hacer una ciudad mejor, un futuro mejor y recordar el pasado. Para mí es un tremendo honor ser el cronista de un ciudad que es la mía. Unamuno creó el término de intrahistoria y también hablaba de matria, si patria era la nación, matria es la pequeña madre, lo más cercano. En mis columnas he hablado en varias ocasiones de matria y Soria es mi matria.
P.-¿Cómo tiene previsto desarrollar sus funciones?
R.-Ser el cronista de la ciudad es un cargo honorífico, el Ayuntamiento sacó un reglamento y la misión que tenemos es reescribir todo cuanto se hace en la ciudad y también la historia. El cronista no debe reinterpretar lo sucedido sino reescribirlo, debe ser un notario de la realidad tal y como es y que la interpretación de los hechos la hagan los lectores. El cronista debe contar la realidad a través de los hechos constatados que, por ejemplo, quedan reflejados en los medios de comunicación. Es una labor que hay que hacerla bien.
Pregunta.-¿Qué le gustaría reflejar como cronista?
R.-Lo que puede decir es que tengo un miedo atroz al futuro de Soria, como provincia, como ente. La despoblación es una enfermedad que está carcomiendo el tejido de la provincia y sin tejido humano no hay futuro. Tengo mucho miedo a que se pueda tocar el capítulo VIII de la Constitución que hace referencia a los límites territoriales y que pase algo parecido a lo sucedido en 1.833 con la división de Javier del Burgo y que Soria se divida y desaparezca como entidad provincial.
La despoblación nos lleva a un final amargo, no es algo que augure, pero sí que me da miedo. Tengo mucho miedo a este tema. Es necesaria la implicación de toda la sociedad, los escritores, los ciudadanos, los empresarios, la prensa y los políticos, que son los que tienen la posibilidad de curar esta enfermedad.
P.-¿Tiene algún asunto pendiente al que ahora quiera dedicar más esfuerzos?
R.- Tengo 38 libros publicados y en cuestión de semanas habrá un nuevo libro del que soy coordinador y coautor con Carlos de la Casa. No voy a dejar de investigar. Escribir es como respirar, seguiré investigando y trabajando por Soria. He investigado casi todas las instituciones, tengo muchos nombramientos, pero mi gran ilusión sigue siendo el nombre de Soria, es mi matria.
P.-¿Qué recuerdo guarda de Miguel Moreno?
R.- Miguel Moreno era un hombre absolutamente entrañable. Éramos muy amigos, hablábamos prácticamente todos los días y me preguntaba muchas cosas. Él era un hombre que trabajaba fundamentalmente con su memoria, podríamos decir que hacía mucho trabajo de campo, pocas veces estuvo en un archivo pero supo sacar a la luz muchas cuestiones que se estaban perdiendo relacionadas con la etnografía de la provincia. Miguel Moreno me prologó varios libros y en mi primera publicación fue el que informó positivamente al Ayuntamiento. Me aconsejaba y tenía mucha experiencia, conocía perfectamente la sociología soriana. Era admirable.