LABORAL
Las academias disparan sus alumnos ante la gran oferta de empleo público
En los peores años de la crisis apenas se preparan a una veintena de alumnos y desde el año pasado el número ha vuelto a crecer hasta superar los 80 opositores
Las academias y centros de preparación de oposiciones de todo el país están viviendo un auténtico boom como consecuencia de la oferta de empleo público anunciada por el Gobierno. Las 300.000 plazas que se van a convocar durante los tres próximos años han provocado que aumenten tanto las matriculaciones como el número de personas que se acercan a pedir información sobre las convocatorias.
En el caso de Soria el aumento de la actividad se nota desde el año 2016, según explicó Eduardo Rebollar, responsable de la Academia Irigoyen. «Ya el año pasado tuvimos una subida notable», comenta. El incremento de la actividad en las academias está determinado por varios factores. «Tras el boom de opositores de los años 70 muchas de esas personas ya están cerca de la jubilación y a eso se suma la escasez de plazas de los últimos años, por eso desde el 2016 tenemos una perspectiva notable», insistió.
Tras anunciarse la oferta de empleo público de este año muchas personas se han acercado hasta algunos de estos centros en busca de información. «La gente quiere información, pero la verdad es que todavía hay muchas plazas que no se sabe si solo van a ser para interinos o el método que se utilizará para cubrirlas», señala Rebollar que puso el ejemplo de lo ocurrido con las 1.600 plazas anunciadas para Correos. «Se trata de plazas para gente que ya trabaja en Correos, la gente de fuera no va a poder optar», apunta. Desde la Academia Irigoyen consideran que no será hasta el verano, una vez que se hayan aprobado los Presupuestos del Estado, cuando se clarifique de forma definitiva cómo se afrontarán los procesos de selección que quiere poner en marcha el Gobierno.
Las academias viven un nuevo auge tras los durísimos años de la crisis económica. «La crisis influyó mucho en el recorte del gasto público provocando que no se cubrieran muchas plazas, además, en el terreno de las oposiciones, hubo dos o tres años en los que las convocatorias estuvieron congeladas», recuerdan desde la Academia Irigoyen. Las cifras son quizás el reflejo más claro del incremento de la actividad del sector en los últimos meses. Según Rebollar, durante la crisis hubo años en los que el número de alumnos preparados para oposiciones fue inferior a 20. Ahora mismo ya se han recuperado los niveles anteriores a la crisis y que cifran entre 80 y 100 el número de alumnos que se presentan a una oposición.
El crecimiento es brutal, pero lo más positivo para este sector es que las expectativas son buenas de cara a los próximos cuatro a cinco años, según destacó Rebollar. «Confluyen varios factores como las jubilaciones o la recuperación económica, en teoría, el Gobierno debe sacar partido con plazas en sectores claves como la Educación o la Sanidad», destaca.
El perfil del opositor es variado aunque en líneas generales se trata de personas que están en situación de desempleo o trabajadores cuyo salario no cubre sus expectativas. Rebollar desveló también que cada vez es más frecuente la presencia de titulados universitarios. «Son personas que han visto la dificultad que hay ahora en el mercado laboral o titulados que tras dejar la universidad directamente van hacia una oposición antes de realizar un máster». Desde la Academia Irigoyen confirman que todavía persiste la idea de que el acceso a un puesto de trabajo en la Administración Pública despeja de por vida los problemas laborales. «En Soria el 25% de los trabajadores son funcionarios y de alguna manera todos tenemos cierta envidia», comentó.
En cuanto a los modelos de formación que se aplican, desde la Academia Irigoyen básicamente buscan adaptar la formación a las características de la oposición. «Si hay alguna oposición que requiera mucha brevedad se hace un trabajo intensivo, mientras que para otras, como pueden ser las de los Cuerpos de Seguridad, ya disponemos de un trabajo previo y planificado», destacó. A estas fórmulas se añade la formación online que cada vez es más demandada. «Cada vez tenemos más gente que realizan su formación a través de plataforma como google drive o google classroom, es una formación a distancia y compartimos los contenidos de una clase, pero lo mejor es un seguimiento continuo», explica.
Ante la llegada de posibles opositores, Rebollar explicó que desde la Academia se intenta dirigir a cada persona hacia aquella prueba que se acerque más a sus características. «Hay gente que quiere opositar y no sabe cómo ni a qué», comenta. «En algunos casos, nos preguntan por una determinada oposición y vemos que es imposible, no podemos engañar», remarca. Los formadores no sólo evalúan los conocimientos previos o nivel de estudios, también se tienen en cuenta la disposición o las cargas familiares de cada posible opositor.