PATRIMONIO
Jimeno dibuja la trama urbana de Numancia con ayuda de un dron
Los investigadores extraen unas 30 cajas con restos de vasijas de un almacén descubierto en la manzana XXIV, las piezas se restaurarán y regresarán al museo Numantino
La campaña de excavaciones de Numancia ha tenido este año un invitado inusual, un dron. Por primera vez, el equipo que dirige Alfredo Jimeno ha utilizado esta posibilidad que está llamada a mejorar las posibilidades de sacar a la luz la distribución urbanística de la ciudad celtíbera y los espacios en los que convivían sus habitantes.
Los trabajos en la manzana XXIV han permitido llegar a los arqueólogos hasta el nivel celtíbero, aunque todavía no se ha podido determinar fehacientemente si corresponde con la ciudad destruida por Escipión (133 A.C.) o la que fue entregada a los colaboradores romanos y que sucumbió tras las guerras sertorianas (75-72 A.C.). Jimeno recordó que la posterior reconstrucción romana de Numancia «alteró» las ciudades celtibéricas.
Una de las principales novedades de este año es que el equipo arqueológico ha podido utilizar un dron, según confirmó el propio Jimeno. «Nos proporciona más información sobre los restos», destacó el profesor. «Lo que nos permite es tener una imagen de muy buena calidad de todos los registros arqueológicos, para otros años tenemos pensado utilizarlo en cada nivel estratigráfico», remarca.
La utilización del dron ha sido posible con la colaboración del a empresa Areco Arqueología y ofrece una fotografía «detallada» de la manzana XXIV. «Son imágenes con mucha resolución, nos permite trabajar para diferenciar los diferentes elementos urbanísticos y también determinar los elementos urbanísticos que componen la trama urbana», explicó el responsable de las excavaciones. Jimeno ahondó explicando que «no permite ‘dibujar’ los muros o determinar los espacios como las casas o almacenes».
Las posibilidades de investigación que ofrecen las imágenes logradas con el dron se complementan con los métodos tradicionales como el dibujo arqueológico lo que proporciona a los investigadores información más detalladas sobre la trama urbana de la ciudad celtíbera.
Como resultado de las excavaciones, el equipo de Jimeno descubrió un una estancia catalogada como almacén. «Han aparecido grandes vasijas completamente aplastadas», explicó. En concreto, los arqueólogos dispone en unas 30 cajas con material procedente de ese almacén que ahora deberán reconstruir. Jimeno estima que al menos hay unas seis vasijas grandes y otras pequeñas.
«El año que viene ampliaremos esa zona de excavación», explicó. Las vasijas están aplastadas y el trabajo de restauración se antoja laborioso ya que los restos tienen concreción calcárea, es decir, después de tanto tiempo enterradas han generado una capa calcárea que ahora hay que retirar para poder proceder a la reconstrucción de las vasijas. «Tenemos que quitar esa capa calcárea para poder ver la decoración, hay determinadas zonas de los restos que nos dejan verlo, pero hay que quitarle esa capa y luego montar las piezas». Jimeno recordó además que una vez finalizada la restauración las vasijas pasarán a formar parte de los fondos del museo Numantino.
La investigación sobre estas vasijas es importante de cara a determinar la capacidad técnicas de los propios habitantes de Numancia. Tradicionalmente se consideraba que la utilización de decoración policromada por parte de los celtíberos era productos de la influencia romana. Las últimas investigaciones sin embargo indican que se utilizaba esa técnica antes de la llegada del Imperio. También los restos deben aportar otro tipo de pistas que permitan avanzar la investigación sobre Numancia ya que el uso de decoración monocromática se asocia a los segundo pobladores de Numancia, es decir, aquellas tribus celtíberas que recibieron Numancia y su territorio después de que Escipión arrasada la ciudad como contraprestación a su colaboración durante la conquista.
Estas investigaciones tienen importancia dado que los trabajos sobre el mundo celtíbero siempre han tomado como referencia temporal los datos de Numancia. Un cambio definitivo en la datación de los restos podría afectar al resto de yacimientos coetáneos de la ciudad celtíbera.