QUINTA ESQUINA
Andrés Martín: «Compongo mejor cuando sufro»
«Emocionalmente, las sonoridades que caben dentro de mí van variando» /«El arte no está hecho para hacer disfrutar a la gente» /«El tiempo siempre está presente y nos define» /«La vida se escribe, no se le pone música»
Llamado a dar que hablar o, mejor dicho, a dar que escuchar, le pedimos una nota de desesperanza y nos dice que, por sí sola, una nota no puede desesperar nada. Acostumbrados a la escala básica, aproximarnos a la creación musical nos apabulla y casi intimida. Pese a la juventud del pentagrama. Andrés Martín Herranz (Soria, 1995) habla grave y sin darse importancia, pero nadie le quita el orgullo de haber compuesto una obra para la historia, La epopeya numantina.
Pregunta.- A los veintitantos y compositor, ¿cómo se hace eso?
Respuesta.- Tengo 22. No lo sé. Siempre hay un inicio para empezar. Es la primera vez que me enfrento a un trabajo con tanto curro detrás. Ha habido mucho tiempo de camino para llegar aquí. Simplemente tiempo.
P.- ¿Le importa mucho el tiempo?
R.- El tiempo es lo más importante en la música. La música es construir algo en el tiempo, y no es una frase mía. Eso es el tiempo. Para cualquier composición. (¿Y en su vida?) Sí, claro. El tiempo siempre es algo presente, para bien o para mal. Es lo que nos define un poco.
P.- Joven, músico, compositor... No sé yo su futuro aquí.
R.- Es un poco dual. No hay muchas oportunidades pero tampoco competencia. Creo que si no el único, estoy entre los pocos compositores, con que hay más oportunidades.
P.- ¿Qué le suena por dentro?
R.- Me suenan muchas cosas dependiendo de en qué momento esté del día, del año, emocionalmente las sonoridades que caben dentro del cuerpo van variando en mi vida. Para ser poco originales, la sonoridad que más suena ahora supongo que el corazón, que siempre está ahí.
P.- ¿Qué clave le va mejor a la palabra resistencia?
R.- La clave de percusión. (¿Y a Numancia?) Es una pregunta difícil. Numancia tiene muchas dimensiones musicales, y no solo musicales. Pasaron muchas cosas allí, no muy rápido pero sí un poco precipitado para la vida de aquellas personas. Entonces yo diría que en cada momento una. Podemos acabar con una clave de fa porque había bajas frecuencias al final. La derrota la identificaría con esa clave.
P.- Le doy tres segundos. ¿A qué no pondría música?
R.- A la vida no se le puede poner música, porque se tiene que ir escribiendo sola.
P.- ¿Por qué hay que tenerle miedo o no a la música?
R.- Porque la música es arte y el arte es necesario que desagrade ciertas veces. El arte no está hecho para hacer disfrutar a la gente. O por lo menos no está hecho solo para eso.
P.- ¿De qué le libera la música?
R.- Me libera de cosas distintas cuando la estoy escuchando y cuando la estoy componiendo. Supongo que como a todo compositor y a cualquier persona que disfrute de la música clásica, te abstrae principalmente del tiempo, te da otra dimensión. Es la forma más rápida de desvincularte del tiempo, de la percepción del tiempo. Y si alguien no me cree que escuche a Morton Feldman y entenderá de lo que hablo.
P.- Un diagnóstico sobre aquella Numancia que acabó perdiendo.
R.- Que las derrotas según como se miren pueden ser victorias.
P.- Pregunta equivocada. ¿Cuál es la utilidad de la música?
R.- Sí, pregunta equivocada. La música no tiene utilidad alguna. El arte no es utilitario.
P.- ¿Cómo es componer la música aquí dentro? (Señalamos la cabeza).
R.- ¿Cómo es? Es duro. Es un trabajo agobiante hasta que uno da con la clave de cómo seguir. Lo que te puedo decir es que veces es un poco desquiciante sobre todo cuando hay determinadas cosas rítmicas. Es como cuando le das demasiadas vueltas a una idea y después te retumba durante un tiempo en la cabeza. Literalmente. Más al acabar de componer que cuando lo está haciendo. Al final es como un oficio artístico, que requiere estar desligado de otras cosas más cotidianas, pero siempre tiene una dosis de oficio muy fuerte.
P.- ¿Cuándo compone mejor, cuando sufre, cuando goza...?
R.- Creo que compongo mejor cuando sufro. Sí. Si tuviera que quedarme con una sería con el sufrimiento. Sí porque llegas a un momento de concentración más fuerte. No es una sensación agradable pero te ayuda. Creo que es el momento de máxima concentración.
P.- La inspiración le llega...
R.- Te puede parecer una tontería pero un alto nivel de inspiración me llega soñando. La inspiración es un 5% del trabajo del compositor. Y cuando me despierto, plas.
P.- Numancia, epopeya, la despoblación, ¿qué? obertura, drama...
R.- La despoblación es una pena. Un incentivo para cambiar. Podría ser una elegía. Es más poesía que música.
P.- Un escenario soriano para que llore un violín.
R.- Hay un sitio, era un poco secreto pero te lo voy a desvelar. En el castillo de Soria hay un edificio circular, al que es un poco difícil subir, pero no soy ni el primero ni el último en hacerlo porque he visto unos grafitis por encima... En el se puede ver de noche toda la ciudad iluminada y a la vez el río por el otro lado. Ahí.
P.- Su reino por haber compuesto ¿qué obra?
R.- Es pronto, pero la Epopeya Numantina.... (No suya) Hay tantas... Soy fan incondicional de Beethoven, Brahms y Mahler. Si tuviera que elegir el cuarto movimiento de la novena sinfonía de Mahler.