SOCIEDAD
Los herederos renuncian a uno de cada diez legados
La tenencia al alza durante la crisis económica comienza a remitir
Las herencias pueden llegar envenenadas, por un lado plagadas de deudas, por otro con cargas tan abultadas que aceptarlas sería como autolesionarse. Si a eso se suman los impuestos a los que están sujetas, a veces el saldo no compensa. Es lo que ha ocurrido durante estos años de crisis económica en la que las renuncias a las herencias aumentaron de forma significativa, una situación muy vinculada a hipotecas tras desinflarse la burbuja inmobiliaria.
La tendencia parece controlada como indican las cifras que manejan desde las notarías de la provincia, donde la estimación es que apenas una de cada diez herencias son rechazadas por los herederos, principalmente cuando el pasivo supera al activo. «Podemos decir que las renuncias suponen un 12% o 14% del total de las herencias que se tramitan», explica el notario José Manuel Benéitez, quien señala que en su notaría (comparte espacio con Javier Delgado) se han registrado en lo que va de año unas 400, por lo tanto, cerca de 50 renuncias, lo que representa apenas un 3% menos que el ejercicio pasado. «Los volúmenes de Soria son pequeños y eso se percibe en las notarías», puntualiza.
Que eso suponga una mejora en la situación económica es difícil de afirmar, reconoce el notario, sobre todo porque puede que sea una situación coyuntural. «Es cierto que ha mejorado algo la situación pero los márgenes que vemos no son significativos todavía para afirmar que esta tendencia se ha frenado», concluye, recalcando que quien no asume las deudas es generalmente «gente joven» que no tiene posibilidad de afrontar esas cargas, ni siquiera por herencia.
En los años precedentes, el recibir un inmueble que todavía estuviera pendiente del pago de una hipoteca y las escasas posibilidades de venderlo por un precio igual o superior al de su compra durante la burbuja de la construcción hacían poco rentable la operación y la opción más sencilla era renunciar a la herencia.
Deudas con terceros, también con los bancos tanto hipotecarios como créditos personales, las contraídas con Hacienda o con la Seguridad Social, las posibilidades son variadas.
En la provincia de Soria se tramitan al año en torno al millar de herencias en las ocho notarías, tres de ellas ubicadas en la capital. De las 1.081 herencias contabilizadas en 2014 en la provincia se produjeron un total de 80 renuncias, lo que supone un 7,4%, mientras que en 2008 fueron 62 de las 966 registradas. En 2013 se tramitaron 22.351 herencias en toda Castilla y León y de ellas 1.717 acabaron por no ser aceptadas. Desde 2008 hasta 2015, el volumen de rechazos a herencias en la comunidad autónoma aumentó un 135%, es decir, se multiplicaron por 2,3 los casos desde que comenzaran a notarse los efectos de la crisis. Pasaron de los 917 desistimientos en 2008 a los 2.156 con que concluyó 2015.
En el conjunto de España, se produjeron 38.791 renuncias a finales de 2016, la cifra máxima de la serie histórica, aunque su crecimiento se está moderando ya que solo avanzó un 3,1% en dicho ejercicio.
Según fuentes consultadas por HERALDO-DIARIO DE SORIA, en Soria los números de renuncias son muy bajos, desde luego más que en la media nacional, lo que tiene que ver con la tradición a asumir las herencias como vengan. A eso se une el hecho de que existan bonificaciones fiscales en el impuesto de sucesiones y donaciones más elevadas que en otras autonomías. De hecho, la cantidad que hereda una persona de sus padres, hermanos o cónyuge y por la que no tributa al aplicar una exención del 99,9% se ha fijado en los 300.000 euros.
«Las renuncias suelen producirse porque haya unas deudas superiores a los activos que hagan que no merezca la pena aceptar», matiza Benéitez, pero también se dan otras circunstancias, como es el caso de las renuncias que se producen para minorar la base fiscal, «algo legítimo», sostiene el notario. Aunque no son frecuentes esos casos, también los hay. «Un señor que tiene tres hijos como herederos, si ellos renuncian y la herencia va a los nietos, se está multiplicando la base fiscal para no pagar tantos impuestos». Un tercer caso, que el heredero no quiera saber nada del fallecido y no considere de valor lo que el legado le ofrece.
Según indican desde Notarios en red, los llamados a recibir una herencia se plantean renunciar a ella, entre otros motivos, bien porque el fallecido tenía deudas, mejor dicho, más deudas que bienes; bien porque los posibles herederos no pueden afrontar el pago de los impuestos que implica la aceptación de una herencia (el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, el Impuesto Municipal de Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, etc.); bien porque la aceptación de la herencia supone realizar importantes gastos en los bienes heredados, por ejemplo obras en viviendas antiguas o en casas de los pueblos casi en ruinas. Una vez que la persona ha fallecido sus herederos conocen que tienen derecho a su legado es posible renunciar a ella en cualquier momento, pero a efectos fiscales es importante hacerlo antes de que prescriba el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
¿Y qué ocurre si nadie quiere esa herencia?, pues que acaba en manos de la comunidad autónoma. «Cada vez se propone a parientes más lejanos para conseguir alguien que se haga cargo de ella, pero nadie está obligado a aceptar, por lo que puede acabar en manos de la comunidad autónoma», expone el notario.