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LOTERÍA

El Gordo salpica a Soria con cinco décimos y magia

L El bar Los Álamos vende dos y tres llegan tras una ‘profecía’ en Sevilla

Publicado por
ANTONIO CARRILLO
Soria

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El Gordo de la Lotería de Navidad sigue su idilio con Soria y aunque esta vez sólo fue un guiño, de nuevo el 22 de diciembre volvió a vestirse de magia. Esta vez la suerte cabalgó a lomos del 03.347 y cinco décimos llegaron a la provincia por distintas vías. Dos lo hicieron a través de la terminal electrónica del bar Los Álamos y los otros tres, gracias a un toque de embrujo sevillano y artes adivinatorias. Incluso la administración número tres de la capital, en la avenida de Navarra, sumó un décimo del tercer premio gracias al 4.211.

En total, el bombo dejó en premios de calado 2.050.000 euros en Soria, que después de impuestos y teniendo en cuenta la exención a los primeros 10.000 euros aplicada este año se quedarán en 1.652.000 euros limpios. Cifras que, en todo caso, apenas cubran el 10% de lo invertido por los sorianos aunque siempre queda alguna pedrea o una terminación para redondearlo.

Pero más allá de las cifras, la de ayer fue una mañana de historias. Quizás la más sorprendente e imbuida de magia sea la de Pablo Oviedo y Mari Carmen Antón, con un guión digno del mejor anuncio de la Lotería. Sus tres décimos agraciados con el primer premio los adquirieron por la insistencia de una vidente en Sevilla. Y eso que –hasta entonces– no tenían fe en estas cuestiones adivinatorias.

Ayer la incredulidad seguía, aunque por otros derroteros. «Aún no me lo creo. Yo estaba ahí sentado y de repente he visto a mi mujer saltando como una loca. Ahí me he quedado, sentado. No nos lo creemos todavía», apuntó Pablo.

Todo comenzó con un viaje en familia para disfrutar de la capital hispalense. «Estuvimos de vacaciones en Sevilla y nos dijo una bruja que comprásemos un siete. Lo compramos, y nos han tocado los tres». La vidente era una de las «brujas que te vienen con el romero» y en las que «yo no creía, pero para nada».

Sin embargo «se sentó a mi lado, me dijo cosas de mi pasado y le dije a Mari Carmen: ‘Págale, que me está acojonando’. Con esas palabras. Y me dijo ‘no te vayas sin coger un siete’. Además lo cogimos en máquina, porque no vendían todavía, y la chica me dijo que sólo tenían ese. Me dio igual con que acabara en siete».

Ayer, los ojos claros de Pablo estaban abiertos como platos y no sólo por los 1,2 millones de euros brutos (966.000 euros limpios) que le cambiaban la vida. Acababa de experimentar en carnes propias algo «totalmente paranormal. Yo no creía». Eso sí, al menos en el bombo sí tenía cierta confianza. «Soy mucho de Lotería de Navidad porque soy transportista y compro en muchos sitios que paro».

Por el momento seguirá cogiendo el volante, pero el estrés se queda en la cuneta. «Sí, se sigue trabajando pero más tranquilo. Bastante más tranquilo y muy bien», confesó con una sonrisa de descanso.

Sin embargo ayer no era un día para tomarse las cosas con excesiva calma. «La adrenalina se dispara. Ella es la que más salta, la que más lo celebra, pero yo todavía estoy... que no estoy». Tocaba comer con los amigos en la bella localidad de Sotillo del Rincón y Pablo se temía que entonces, una vez asumido lo ocurrido, le diese por «gritar y saltar». Eso sí, nada cambiaría una de experiencia tan mágica.

Y de lo esotérico, a lo terrenal. En Los Álamos no se sabía quien o quienes se habían hecho con los dos décimos premiados, pero la fiesta era de órdago. Dulzaina, saxofón, bombo, cajas de cerveza e incluso manteos causaron una algarabía en la que paraban los conductores, sorprendidos, para preguntar por la ventanilla.

Anfitrión y a la par homenajeado, José Pedro López andaba «con la adrenalina a tope. Los chavales han celebrado el que no nos hubiese tocado» –en ello seguían– «y de repente, a los dos minutos, veo una llamada de la delegación de Loterías en Soria. Me han dicho que habíamos vendido dos décimos del Gordo y la emoción ha sido enorme».

«No sabemos a quién le ha podido caer. Pero si a nosotros nos ha entrado esta ilusión, para la persona agraciada ha tenido que ser muy bonito», prosiguió. Tocados por la varita, «hace dos mese vendimos un premio en Bonoloto de 31.000 euros pero esto es otro nivel». Y es que «si la Navidad ya es bonita e ilusiona, cuando le ha tocado un premio a alguien, más».