Heraldo-Diario de Soria

SOCIEDAD

Las mutuas recurren cada vez más a los detectives ante el fraude en las bajas

Cerca del 90% de los seguimientos se confirman en servicios que se prolongan entre tres y cinco días/ El reto de los profesionales es no ser detectados durante el trabajo

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MILAGROS HERVADA
Soria

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La incapacidad temporal en procesos asociados a las mutuas dejó cifras en 2018 bastante más abultadas que el año anterior con 617 procesos iniciados de media al mes en contingencias comunes frente a los 497 de un año antes. De hecho, la incidencia media mensual por cada mil trabajadores protegidos llegó al 23,7% mientras que un año antes rondaba el 19,6%. La duración media fue de 36,1 día, cuatro menos que el año anterior. En las bajas derivadas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales la estadística interanual se mantiene más estable, con 116 procesos al mes, ocho menos que en 2017.

Cada proceso arroja una casuística distinta y la gran mayoría sigue el procedimiento habitual, pero en ocasiones las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social no lo ven muy claro, las sospechas de fraude afloran y es el momento de ponerlo en manos de profesionales de la investigación, es entonces cuando los detectives privados entran en acción.

Las mutuas licitan sus servicios en pliegos de cláusulas que distribuyen el territorio español en lotes, en el caso de Soria suele ir acompañado de otras provincias de Castilla y León e incluso La Rioja.

La agencia de detectives DRC, con sedes en Valladolid, Madrid y Vitoria, es una de las que trabaja en Soria, con unos cuatro servicios anuales –en lo que va de año todavía no se ha producido ninguno– y un resultado que ronda el 90% de positivos, es decir, de fraude a la Seguridad Social. «Cuando las mutuas nos llaman es porque ya han constatado un alto nivel de sospecha, que en una gran mayoría de los casos acaba confirmándose», explica David Rodrigo Curiel, director general de la agencia, licenciado en Criminología y diplomado en Investigación Privada.

Trabajan haciendo seguimiento del trabajador que se encuentra de baja laboral y cuyo caso ha levantado suspicacias en la mutua. Se pegan a él entre ocho y diez horas durante unos dos o tres días, utilizando cámaras de grabación ocultas o fotográficas que utilizar en el momento preciso. «Cuando ves a alguien que se supone que tienen una lesión de espalda o de hombro y que está levantando peso tienes que ser rápido porque es fundamental intentar grabarlo, pero no obstante, el detective es testigo cualificado», afirma Rodrigo. Su seguimiento siempre es físico porque es la única forma legal de realizar este tipo de investigación. «No podemos dejar una cámara constantemente grabando porque entonces vulneraríamos la integridad del resto de personas que pasen por ahí», comenta, y matiza que aplican «distintas técnicas en media y larga distancia».

«Puede resultar algo pesado pero para nosotros no lo es, estamos trabajando, obteniendo información, es algo dinámico, porque en diez segundos todo da un giro, y el que en teoría está lesionado hace algo, un movimiento que no tendría que poder hacer, y todo cambia», resume.

Sin ser detectado

El principal reto es no ser detectado, «lo más difícil», además de la propia integridad, «porque a veces hay que hacer seguimiento de personas con antecedentes, en un entorno conflictivo», aunque no es el caso de Soria, que incluso es una ciudad «cómoda» para los detectives:«Yo he trabajado en varias ocasiones en Soria y te puedes mover con facilidad, conoces los atajos y los ángulos de grabaciones, anticipas situaciones», concreta. No obstante, la actividad detectivesca no se limita a la capital.

El recurso de las agencias de detectives es cada vez más utilizado por las mutuas para detectar presuntos fraudes de trabajadores en situación de baja laboral, una práctica que se ha visto incrementada en los últimos tres o cuatro años, comentan desde DRC, aunque fraude a la Seguridad Social «ha existido siempre», apunta Rodrigo, «porque la sociedad española se basa en la picaresca», es decir, esto no es tan frecuente «por ejemplo en Alemania».

Lo que más investigan son lesiones de espalda, hombro, hernias, cervicales, accidentes laborales y pérdida de fuerza o movilidad o epicondilitis –codo de tenista–, «también a nivel psicológico depresiones que dicen que son crónicas», especifica el detective.

Con todo, el servicio prestado a las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social apenas representa el 20% del trabajo de una agencia como DRC, la mayor parte de la actividad se centra en empresas, en torno a un 45%, y el otro 35% restante a infidelidades de pareja y situaciones de familia. En el caso de Soria, el mayor volumen también se dedica a servicios contratados por empresas, «como bajas laborales, duplicidad de empleo que por contrato no podría hacer, absentismo laboral de alguien que desaparece, que de esos hay bastantes, incluso competencia desleal con fuga de información a otras empresas». La agencia de Rodrigo Curiel además está implementando nuevos servicios de inteligencia corporativa, «dando información a la empresa, nuestro cliente, para que disponga de una mejor toma de decisiones, aunque eso suele ser en compañías grandes», concreta.

También infidelidades

Otro de los aspectos del trabajo de los detectives tiene que ver con el entorno más familiar, y no sólo las infidelidades, también son contratados para desvelar si existen modificación de medidas en los casos de parejas divorciadas con hijos, importante para determinar decisiones de custodia, también situaciones de abandono de menores o incluso de maltrato. «Todos nuestros detectives han realizado cursos y cuentan con la formación necesaria y conocen las distintas técnicas a utilizar en cada momento», recalca Rodrigo Curiel, cuyo equipo está compuesto por detectives privados y criminólogos, complementado con directores de seguridad, informáticos y peritos judiciales.

Desde hace cinco años también ofrecen un servicio de recogida de muestras biológicas, que permite desde identificar consumo de sustancias estupefacientes hasta propiciar pruebas de paternidad. «Es un campo en el que hay un vacío legal, pero si existen desechos biológicos en la vía pública, ya no es de su propiedad, y se puede comparar el ADN. Ante un juez puede que no sea una prueba válida pero sí genera los indicios razonables para que el juzgado solicite la prueba», apunta Rodrigo, como ejemplo del abanico de posibilidades del detective.

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