SOCIEDAD
Adiós a ‘Pitita’, la dama que «llevó el nombre de Soria a todos los lados»
El Espino alberga a 60 personas para despedir a la ‘celebrité’ en una discreta ceremonia
Familiares y amigos íntimos despidieron ayer a Esperanza ‘Pitita’ Ridruejo, considerada como una de las grandes celebridades españolas. En una ceremonia íntima a la que acudieron unas 60 personas, la iglesia de Nuestra Señora del Espino albergó las exequias por la fallecida antes de ser enterrada en el cementerio de la ciudad que tanto quiso. «Llevó el nombre de Soria a todos los lados», apuntó el periodista, relaciones públicas de la jet set y amigo de la familia Julio Ayesa.
Los tres hijos de Pitita, Anna Sophia, Carlos y Claudia, aguardaron junto a otros familiares cercanos a la llegada de los asistentes y al traslado del féretro al interior del templo. A pesar de la trascendencia nacional e internacional de la figura de la fallecida, fue un acto sencillo que se desarrolló prácticamente en un ambiente íntimo. Dentro de la discreción se pudieron ver algunos rostros conocidos de la ciudad, entre ellos la ex alcaldesa Encarnación Redondo y el hostelero José Luis Jiménez, ‘Gary’.
Ayesa trazó una breve semblanza antes de acceder a la iglesia. «La conocía muchísimo, he viajado mucho con ella, y era una mujer única. Como no hay en España. Conocida en Estados Unidos los Kennedy la adoraban. La adoraban en todos los sitios. En Inglaterra cuando fue embajadora, en Filipinas...». El veterano periodista la concretó en «Una mujer inteligentísima y muy buena gente además. Muy soriana». Según desveló, «llevó el nombre de Soria en todos los lados. Y su carácter, porque era igual con los de arriba que con los de abajo. Tenía una categoría personal increíble».
«Era muy amiga de los Kennedy, íntima. Hay una anécdota muy divertida cuando vino ‘Pat’ Kennedy», hermana de John Fitzgerald Kennedy, «a Madrid, a su casa, y fuimos al aeropuerto a esperarla. La llevó a un pueblo por Córdoba a las procesiones del Corpus y la Kennedy diciendo ‘si yo he venido a descansar’. Pues allí fueron».
Para Ayesa «era única. En serio, no es por nada, pero no habrá en España una mujer como ella. Y de buena gente, y de señora. La familia real de Inglaterra no venía a España y la trajo ella. Por algo sería». También glosó cómo «el servicio la adoraba. Era cercana con todo el mundo», un extremo que confirmó posteriormente Vicente Marín, también amigo de la familia, responsable de la fundación homónima y mecenas de amplia influencia en Bretún. Tampoco faltaron «muchas muestras de cariño» hacia la familia. La soriana llevaba retirada de la vida pública tres años, desde el fallecimiento de su esposo, Mike Stilianopoulos.