HÁBITOS DE CONSUMO
Decálogo del consumidor ecológico
Las tendencias de consumo que abre el cliente concienciado obliga a cambios en la oferta de productos de las empresas
El consumidor responsable y comprometido con el medio ambiente debe ser coherente y adaptarse. Pero seguir al pie de la letra los preceptos del consumidor ecológico resulta cada vez más complicado y requiere exigencias, también a las empresas que quieren vender sus productos al consumidor concienciado.
1- Compra envases de vidrio retornable
Hace 25 años predominaban y hoy apenas persisten en bares y pequeños comercios. La reutilización del vidrio apenas encarece el producto, supone un ahorro energético y no genera residuos. El consumidor concienciado tiende a exigir a su establecimiento envases de más de un uso. Actualmente solo se reciclan aproximadamente un 30% de los residuos de vidrio. El PVC (policloruro de vinilo) sigue predominando, pese a que intervienen muchos contaminantes en su fabricación. Quemar el PVC no es una buena solución ya que su combustión genera ácido clorhídrico y dioxinas (productos altamente tóxicos). Pese a la recogida selectiva solo se recicla el 4% del plástico usado.
2- Lleva cesta y bolsas propias a la compra
Las bolsas de plástico incorporan un elevado coste ambiental. Además, supone la muerte de aves y animales marinos por la ingestión de plásticos.
3- Evita el poliestileno extruído (corcho blanco)
Este material apenas se recicla. Es mejor optar por la compra tradicional al peso, con mínimo embalaje.
4- Reduce la utilización de aluminio
Su producción requiere mucha energía y bauxita, cuya extracción contribuye a la destrucción de la Amazonia. Evita las bebidas enlatadas, vale más el envase que su contenido y apenas se recuperan. Utiliza fiambreras en lugar de papel de aluminio. Los envases de cartón llevan aluminio, plástico y cartón, su recuperación y reciclado son ínfimos. Los aerosoles, de aluminio y hojalata, son muy problemáticos al convertirse en residuo: puedes sustituirlos por pulverizadores rellenables, aplicadores de bola, de barra.
5- Elige frigoríficos sin gases CFC
Los gases CFC utilizados en la refrigeración, espumas sólidas o aerosoles, están destruyendo la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioleta. Los HFC, empleados ahora en la refrigeración, no destruyen el ozono pero contribuyen al efecto invernadero unas 3.200 veces más que el CO2 en un periodo de 20 años. En España ya se comercializan frigoríficos sin estos gases. Debido al efecto invernadero, la temperatura terrestre se ha elevado 1,5C provocando, según latitudes, bien la desertificación o graves inundaciones en grandes áreas.
6- Reduce el consumo de pilas
La energía eléctrica que producen es 450 veces más cara que la de la red y son una gran fuente de contaminación por su contenido en plomo, cadmio, mercurio o litio. Requieren separación por su toxicidad ambiental, sobre todo la pila-botón. Puedes utilizar pilas recargables.
7- Consume Km 0
Consume alimentos frescos y naturales, de productores locales y con mínimo embalaje. Recuperemos la "dieta mediterránea", con predominio de cereales integrales, legumbres y hortalizas, y disminuyamos el consumo de carne y alimentos envasados. Muchos alimentos manufacturados presentan carencias en nutrientes esenciales y oligoelementos. El sobreconsumo de calorías, incide no sólo en nuestra salud sino también en la explotación de los recursos naturales.
8- Mejor los productos vegetales bio
Se cultivan sin plaguicidas ni fertilizantes químicos. Son más sanos, sabrosos y ricos en valor nutritivo. Su consumo disminuirá la contaminación con nitratos y plaguicidas de las aguas subterráneas y se fomentará una nueva visión de la agricultura
9- Utiliza papel reciclado
Tanto en folios y blocs de notas como en papel higiénico. Exígelo en tu comercio, papelería y fotocopiadora. Consume menos papel, contribuirás a conservar los bosques.
10- Mejor productos eco
Evita las fuentes de contaminación (por ejemplo el cloro). Consume productos de limpieza ecológicos. Reduce la utilización de lejía. Ya puedes optar por detergentes sin tensoactivos no iónicos, fosfatos, blanqueantes, enzimas o policarboxilatos; se biodegradan en menos de una semana, no como los convencionales. Una solución débil de vinagre es útil para la cerámica, cristales o cuarto de baño. El zumo de limón abrillanta metales como el cobre o el bronce. El esparto sigue siendo un buen estropajo.