El Lavalenguas
Los novillos miden sus fuerzas en una larga jornada en Valonsadero
El tiempo sin calores contribuyó a un menor número de incidencias sanitarias, medio centenar de atenciones aunque con tres traslados de Cruz Roja a Santa Bárbara por un puntazo de res, una caída y una intoxicación etílica
Los días se encaminan al Pregón y, mientras siguen desgranándose los ritos y tradiciones de las fiestas. Primera prueba de los novillos en Valonsadero, en un Lavalenguas de multitudinario público y larga presencia (para el que aguante), desde primera hora con el encierro mañanero y la suelta de la tarde, con la opción de prolongar la fiesta hasta el ocaso. Opciones no faltan, entre los chiringuitos y comidas familiares y de amigos. Una jornada tranquila desde el punto de vista de las incidencias.
A eso de las ocho de la tarde, cuando hacía ya un buen rato que la última res se resguardaba en la Cañada después de haber salido disparada del tentadero, el dispositivo de Cruz Roja contabilizaba 50 atenciones. Sólo una de gravedad, la de un hombre mayor que sufrió una caída por la mañana y tuvo que ser trasladado al hospital de Santa Bárbara para ser intervenido quirúrgicamente en un hombro. Esta fractura motivó uno de los desplazamientos a Soria del día. Las otras dos se debieron a un encontronazo con un toro, también por la mañana y una intoxicación etílica, justo cuando los Jurados entraban en el reservado tras celebrar el sorteo. Entonces salía el personal sanitario con el afectado. En cuanto al suceso con la res, un puntazo, se decidió el movimiento a Santa Bárbara para «evaluar posibles daños de tejido», informó el jefe del puesto, Norberto Cardona. En torno a las 22.00 horas, ya con el despliegue de Cruz Roja desmontándose, el número de atenciones se había elevado a 56. Caídas menores, picaduras, quemaduras e insolaciones marcaron la tónica en la esfera sanitaria.
En lo taurino, un encierro de mañana largo con el resultado de que nos astados no entraron por su pie en los corrales altos. Del camión bajó uno para participar en la suelta. Pero el otro fue conducido directamente a la plaza de toros, debido a un estado que aconsejaba la sustituirlo por el sobrero. A tenor de lo visto, toda una satisfacción para la Cuadrilla de San Juan, que se lo adjudicó en el sorteo. El animal mostró frescura y mucha actividad cuando apareció en el tentadero. Aunque era posible que este número 17 no llegara a participar en el Lavalenguas, al final dio tiempo y se alabó su desempeño. La agraciada en el orden de elección fue la Cuadrilla de El Rosel y San Blas, que se decantó por el número 9 (Alfombrito) para los festejos de Valonsadero y el 43 (Mariposo).
Recortes, capotazos y algún susto en la suelta que dejó también la estampa de un toro, el sexto, resintiéndose de las patas traseras. Una merma de movilidad con la que a duras penas llegó a salir del recinto para embocar la Cañada, en cuya parte alta quedó estancado. Los veterinarios valorarán cómo evoluciona esta res de la ganadería de Ramón Sánchez Recio.
En lo festivo, el habitual ambiente exultante en el monte, con una masa arracimada en torno a las barras, no menos compacta que la congregada en la peña y los muros del tentadero. Música, risas, grupos de amigos en torno a los chiringuitos. A última hora el consumo circulante de la aglomeración se hacía evidente en la acumulación de basura, unos restos que se retirarán con la colaboración de las peñas y que para paliarlos en lo posible cuenta con un refuerzo de contenedores.
El tiempo más bien templado, con nubes y un sol sin asfixiantes calores, contribuyó a la tranquilidad desde el punto de vista de las relativamente escasas incidencias. «El clima ha ayudado y entonces también las atenciones han disminuido drásticamente», explicó Cardona. Cruz Roja desplazó a Valonsadero seis ambulancias de soporte básico, una de soporte vital avanzado y un equipo médico compuesto por un médico, un ayudante médico, dos enfermeros y 25 técnicos. Un hospital de socorro avanzado completaba el dispositivo.
Puntual a las 18.00 horas sonaban los cohetes en la plaza Mayor para marcar la salida de la comitiva oficial con los Jurados y las autoridades. Con los sones de ‘Las doce Cuadrillas’ desfilaba por El Collado en dirección a la calle Sagunto, donde se encontraban los autobuses que iban a partir al monte. Un recorrido donde se hizo notar el despliegue de la Guardia Civil, una garantía de seguridad en la que no faltaron los controles de alcoholemia.
Primera prueba de los novillos, que encararán la segunda en La Compra y que tendrán su día fuerte en la esperada Saca.