METEOROLOGÍA
Granizo «como pelotas de ping pong» para una noche de miedo en Almazul
La localidad suma 43,4 litros por metro cuadrado en una tormenta como no se recuerda
Los personajes de la aldea gala de Asterix temían sobre todas las cosas «que el cielo caiga sobre nuestras cabezas». En la noche del lunes la tormenta que descargó sobre Almazul dio por momentos esa sensación. Las auténticas cortinas de granizo dejaron más de un palmo de espesor de hielo en el suelo y aún ayer por la mañana buena parte de la plaza estaba blanca.
La gota fría o Dana (depresión aislada en niveles altos) está detrás de este suceso que por suerte se saldó sin daños personales, aunque sí los hubo materiales. Entre las 21.30 y las 22.00 horas aproximadamente cayeron 40 litros por metro cuadro aunque sea un decir, porque más que gotas eran «como pelotas de ping pong». En las primeras horas de ayer aún siguió precipitando hasta alcanzar un total de 43,4 litros por metro cuadrado en este episodio.
La alcaldesa de Almazul, Flor del Pino, explicó en la mañana de ayer que «fue un susto y la plaza sigue blanca de granizo. Pero además de la cantidad es que ha dejado los huertos destrozados y parte de los girasoles» sembrados en las inmediaciones con daños.
La zona más afectada fue precisamente la plaza, que al encontrarse en la parte baja de la localidad vio cómo el granizo bajaba por las calles adyacentes e iba acumulándose. El espesor superó los 30 centímetros en algunos puntos concretos y hubo incluso quien se quedó incomunicado, aunque sin mayores consecuencias.
La propia alcaldesa se encontraba en el centro social cuando el nivel del granizo hizo que la humedad pasara a unos enchufes y «saltaron» los plomos. «Tuvimos que cenar con velicas» y sólo la intervención de un buen samaritano pertrechado con una pala les ayudó a regresar a casa sin mayores incidencias, dentro de lo que cabe.
Efectivamente hubo que abrirse camino entre el granizo con una sensación extraña, puesto que de rodilla para arriba no se llegó a bajar de 12 grados pero hacia abajo había una auténtica piscina de cubitos. Para hacerse una idea, en las imágenes subidas al perfil de la localidad en Facebook se observa cómo el hielo alcanzaba tres cuartas partes de la altura de la rueda en una furgoneta.
A la luz de la mañana el balance de daños comenzó a sumar víctimas. Las más numerosas fueron las hortalizas de los huertos, especialmente los tomates, que estaban entrando en su mejor momento y ahora va a resultar muy difícil encontrar alguno al que hincarle el diente. Respecto al girasol «este año han sembrado poco», lo que ayuda a que los daños no se disparen.
Del Pino explicó que por suerte «ya han hecho prácticamente toda la cosecha» de cereal y al menos en buena parte de los campos el granizo no tuvo nada que dañar. «Si llega a caer antes...». Este año además la cosecha se ha adelantado unos días respecto a lo habitual.
En el plano de daños personales no hubo que lamentar nada más allá de «algún moratón que me llevé por salir a coger el coche para meterlo bajo un arco», detalló la alcaldesa entre risas. Y es que el tamaño del granizo fue toda una invitación a quedarse bajo techo.
«Es la primera vez que vemos esta tormenta. Yo no había visto nada igual en mi vida», señaló la regidora municipal. La normalidad iba regresando poco a poco a las calles al mismo ritmo que el granizo de la plaza se derretía. No obstante, las conversaciones y las fotografías en las redes sociales seguían recordando aquella media hora en la que el cielo se desplomó sobre las cabezas de los almazuleños.
El granizo es caprichoso y se dejó sentir también en otra localidad soriana a bastante distancia, Alcozar. Por suerte allí no fue tan brusco y tampoco hubo que lamentar daños irreparables. Dado que el episodio tormentoso entró por el oeste, la localidad fue una de las primeras en recibir la descarga.
También se registraron daños en las zonas de cultivo y preparación de manzanas de Nufri en La Rasa. Por un lado la lluvia fue bienvenida tras unos meses de marcado carácter seco, pero por otro los fuertes vientos en la zona afectaron a las cubiertas de algunas de las naves y no tanto a la propia plantación y sus frutos. Aún así, fue una complicación más de las que dejó esta gota más húmeda que fría.