La Cumbre del Clima premia la ‘madera’ de Trofeos Romero

Renovarse o morir. Trofeos Romero se subió al tren de esa oportunidad que muchos dicen que sólo pasa una vez y apostó por las nuevas tecnologías, por si acaso era la última de las opciones para este negocio local regentado por los hermanos Romero. Y acertaron. En apenas cinco años desde que lanzaron su primera página web las ventas por internet de sus productos suponen ya el 90% de su facturación en una escalada imparable gracias a su crecimiento exponencial. Pero lo mejor es que gracias al posicionamiento de su web y del manejo de las redes sociales son la imagen que la Cumbre del Clima (COP25) de la ONU ha escogido para sus medallas conmemorativas. El martes entregaron el pedido a la agencia encargada de la organización de este evento que se está celebrando en Madrid desde el pasado 2 de diciembre y culmina mañana.

Los representantes de los distintos países asistentes se llevarán a sus casas una de las 500 medallas ornamentales realizadas con madera de los bosques sorianos en material prensado que se entregará en una caja de cartón. En su interior, virutas de papel reciclado para acompañar al trofeo, también sostenible, en línea con la filosofía que ha intentado mantener la Cumbre global en todas sus acciones.

El obsequio conmemorativo es un disco de madera de 5 milímetros de grosor y 72 milímetros de diámetro, en el que se ha grabado por una cara el logotipo de la COP25 Chile-Madrid 2019, y por la otra, el de la Secretaría de la ONU (United Nation Climate Change). «Se trata de una amalgama de maderas que las prensan y se quedan estos laminados, un material mucho más sostenible que el metal o el metacrilato a los que estamos acostumbrados a ver en los trofeos, primero, por su producción y, segundo, por su desintegración», explica Jesús Romero.

Es la idea que vendió cuando atendieron la semana pasada la llamada de una agencia contratada por la organización del evento de la ONU en Madrid. «Primero nos preguntaron si sabíamos hablar inglés y luego ya les ofrecimos nuestra medalla de madera de Tableros Losán». Así, una vez aceptaron la propuesta, los hermanos Romero se pusieron con el encargo. Había que cortar el laminado, para luego sellar los logotipos. Termina la elaboración con una fase de lijado y tratamiento con un aceite natural del aglomerado para un acabado que evite imperfecciones y mejore su conservación. Han tenido que trabajar todo el Puente, pero ha merecido la pena. El martes enviaban las 500 medallas que la Secretaría del Cambio Climático de la ONU hará entrega entre hoy y mañana, antes de la clausura, a todos sus participantes.

Jesús Romero confiesa que está convencido de que el éxito de la encomienda ha radicado en el material utilizado. Porque «cada vez hay mayor concienciación a la hora de seleccionar productos respetuosos con el medio ambiente también en el campo de los trofeos». Y es que hasta ahora los materiales estrella eran los metales, así como el metacrilato, en los últimos tiempos más utilizado incluso que los metales. «El metacrilato procede del petróleo, de modo que ya está cuestionada su extracción, primero por ser un elemento agotable, y después no sólo su elaboración, sino también su desintegración. De igual manera ocurre con los metales, que hay que obtenerlos de las minas, y qué decir de su desintegración. Nuestras medallas están hechas de madera, con una producción nada abrasiva y cuya destrucción no es tan dañina para el medio ambiente. Incluso si se enterrara apenas tardaría cinco años en desintegrarse», añade Romero. «La gente tiene más conciencia en relación a los materiales que compra o contrata; se nota en que hay más demanda» de componentes respetuosos con el medio ambiente», se reafirma.

Crecimiento exponencial

Estos empresarios sorianos han visto en internet su «gallina de los huevos de oro». Eran conscientes de que el mercado soriano en cuestión de trofeos cada vez era más limitado: «Los eventos deportivos y poco más; y dando encima gracias a que los ayuntamientos y las instituciones contaran con Trofeos Romero». Por ese motivo se lanzaron en las ventas por internet. «El primer año apenas conseguimos cerrar cuatro pedidos y ahora, cinco años después, tenemos un centenar de pedidos al mes. Y el 90% se va fuera de la provincia», añade Jesús Romero. Un crecimiento exponencial que han logrado gracias a las nuevas tecnologías. «En vez de lamentarnos de vivir en una zona despoblada y de tener un negocio en una Soria que cada vez se está vaciando más hemos decidido ir a buscar a nuestros clientes allá donde están. Y la opción de internet y las redes sociales es lo que cada vez está ganando terreno entre los comerciantes».

A partir de su experiencia animan al resto a «no resignarse nunca y buscar soluciones». Más aún cuando tienes un negocio propio. Si no lo haces tú no va a venir nadie a luchar por él». En marzo esperan poner en marcha su nueva página web, una tercera versión mucho más renovada, en la que se corrigen algunas deficiencias de la actual y con «una mejor interacción con los clientes».