Heraldo-Diario de Soria

La recogida selectiva de residuos crece en un 4,6%

La capital produjo 376 toneladas menos de basura en 2019 por la caída del RSU

Limpieza viaria en la capital.-Mario Tejedor

Limpieza viaria en la capital.-Mario Tejedor

Publicado por
JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO
Soria

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Cada residuo en su contendor. Identificados por colores, los vecinos tienen claro dónde depositar la basura según su tipo y las cifras avalan al alza esta concienciación correlativa al consumo. Una mayor adquisición de bienes cuyos envoltorios acaban en los puntos de donde partirán para que sus materiales sean reasignados en una nueva vida útil. La recogida selectiva cerró en la capital un ejercicio caracterizado por el alza, ya que el cartón, los envases ligeros el vidrio se incrementaron en un 4,6% como promedio. Esta cifra no se tradujo en un aumento general de la basura producida por la ciudad en 2019. Y es que, al darse una caída de la basura genérica (el RSU), resultó una rebaja de 376 toneladas en el total del año. Esta situación se da cuando apenas se ha producido una variación poblacional.

Durante el año pasado la recogida selectiva acumuló algo más de 2.569 toneladas, es decir, 113 más que en el ejercicio precedente. El 4,6% de subida es el promedio de los tres tipos de restos considerados. Si bien todos se movieron al alza, a la hora de individualizarlos destaca el elevado movimiento de los restos del contenedor amarillo, es decir, de los envases ligeros. En un 11,5% se tradujo la elevación, al pasar de las 621 toneladas de 2018 a las 693 del último ejercicio.

Esta apreciable subida porcentual absorbió la mayor parte de la tendencia general. Y es que el papel y cartón que se depositan en el contenedor azul sumó casi 39 toneladas más, lo que dejó un alza del 3,4%, hasta llegar a las 1.174 toneladas. En cuanto al vidrio, la variación del 0,4% vino representada por tres toneladas más, de manera que el total quedó en las 701.

Durante el año pasado la capital abandonó en el sistema de recogida 16.265 toneladas. Esta cantidad es la suma de la selectiva y la del residuo general. Este segundo apartado quedó por debajo de la marca de 2018, hasta el punto de que perdió 490 toneladas y quedó en las 13.695. Un 3,5% menos que en 2018. Entre el incremento de la que apunta a la separación de materiales para su reciclaje y la disminución del contendor genérico, la ciudad produjo 376 toneladas menos en 2019, en porcentaje, un 2,3%.

Este resultado motivó la correspondiente bajada del volumen de basura que cada soriano produce al año. Si en 2018 la magnitud se colocaba en 425,4 kilos, en el ejercicio recientemente finalizado quedó en 412,8. Una docena de kilos menos, un 3%. La situación se produce cuando la capital conoció en 2019 un ligero aumento de población. De la elaboración de la estadística de restos de la capital se desprende que los cálculos se han efectuado sobre la base de una ganancia de casi 300 habitantes. Estos y los algo más de 39.000 añadidos añadieron cada día 1,13 kilos de basura.

La serie histórica del servicio de basuras refleja cómo ha evolucionado la concienciación en torno a la recogida selectiva y también releva los altibajos de la crisis económica. Desde 2008 el envase ligero, el formato de multitud de productos de alimentación y hogar, no ha dejado de crecer año a año. El punto de partida en su implantación quedó en 316 toneladas y ahora son 693.

Por su parte, el cartón alcanzó en 2019 una marca histórica con sus 1.174 toneladas (1.147 en 2008). Aunque su evolución ha sido al alza, no resulta constante en todos los ejercicios de la serie. Así, se conocieron descensos en los contenedores en el periodo que va de 2011 a 2014, algo achacable a la crisis. La base de los embalajes de productos industriales y de comercio se resintió de las complicaciones económicas. También en 2011 y 2012 descendió el depósito de vidrio, coincidiendo con los años más duros de las complicaciones. Volvió a descender en 2014, algo tal vez ocasional, para volver a incrementarse en los siguientes años, una tendencia común en los elementos de la recogida selectiva. En 2008 el vidrio depositado en los contenedores alcanzaba las 571 toneladas y ahora se superan las 700.

En cuanto a la basura común, su evolución se ha caracterizado por los altibajos y en la actualidad se encuentra en un nivel inferior al de 2008 (13.889 toneladas entonces, 13.695 ahora). Algo lógico teniendo en cuenta que muchos de los restos que antes iban a parar al depósito genérico ahora pasan al selectivo, gracias al mayor conocimiento de los usuarios. Las mermas de población también han pesado en el cierre de los ejercicios. La capital conoció su peor registro de RSU en 2013, cuando sumó 12.654 toneladas.

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