El Consistorio sopesa solicitar a Hacienda la revisión catastral
«No hay una decisión tomada definitiva», explica el concejal de Hacienda, aunque en su caso no supondría una rebaja del IBI, unos «ingresos que nos permiten financiar el día a día»
El Consistorio de la capital sopesa solicitar a Hacienda una revisión catastral. Es algo de lo que se viene hablando desde hace tiempo por parte de la oposición y en lo que parece coincidir el equipo de Gobierno. La cuestión salió a relucir de nuevo hace unos meses, en el debate del IBI de cara a 2020 y su actualización sobre la base del IPC. Y en la última Comisión de Hacienda comenzó a explorarse esta vía de la mano de un informe del interventor. «Entendemos que en plazo ya estamos», señaló el concejal del área, Javier Muñoz, al haber pasado los diez años desde la entrada en vigor de la ponencia de valores. Y «entendemos que es recomendable realizar esa revisión catastral para la actualización de los valores».
El tema se encuentra en una fase inicial y lo que hizo el otro día el interventor en la Comisión fue «explicar qué es una revisión catastral, en qué incide en el Ayuntamiento» en cuanto a impuestos y presupuesto y el procedimiento, cómo se solicita y sus plazos. El tema «va a ir más o menos rápido» y «tomaremos la decisión en breves fechas». De momento «no hay una decisión tomada definitiva», aseguró el edil.
Las discusiones y alegaciones en torno al IBI (la consecuencia más directa de los valores) han señalado en estos años la idea de un desajuste entre la referencia catastral y el valor real de mercado, una cifra presumiblemente hinchada teniendo en cuenta que la ponencia se hizo en los tiempos de la bonanza inmobiliaria. El Consistorio analiza «qué puede significar» si al final se dirige a Hacienda, aunque tiene claras dos cosas. Que los ingresos se van a mantener y que en su caso, una vez puesto en marcha el proceso, «son unos terceros los que ya entran en juego». Es decir, que los cálculos y referencias finales dependerían de Hacienda y no del Consistorio.
En cualquier caso, aunque las anotaciones catastrales puedan disminuir, desde el Consistorio no se apunta a una rebaja del IBI. No hay una equivalencia automática entre una rebaja catastral y un menor recibo del impuesto. Y es que el Ayuntamiento cuenta con el mecanismo del tipo impositivo para que esto sea así.
«Los valores podremos estudiarlos» de manera que queden en el 50% del valor de mercado (que vendría a ser una proporción típica), pero «ajustaremos para que el recibo del IBI sea el mismo», explicó el concejal de Hacienda. El Consistorio no va a «renunciar a esos ingresos que nos permiten financiar el día a día» y se mantendrá «ese nivel de ingresos». El presupuesto de 2020 contempla 13,4 millones por el impuesto sobre los inmuebles, cantidad en la que se incluyen las nuevas construcciones y la previsión de hacer efectivos pagos atrasados.
Por otra parte, Muñoz recordó que aunque en su caso la ciudad puede solicitar la revisión, la última palabra para aceptarla o no es de Hacienda. Al margen del IBI, de los valores dependen también cuestiones relacionadas con el IRPF y las plusvalías. Aunque no hay una decisión ya sobre la mesa y se estudia el tema, la percepción del equipo de Gobierno es que posiblemente sea «hora» de dirigirse a Hacienda.
El recurso del tipo impositivo, al alza o a la baja, fue utilizado en los diez años de ‘aterrizaje’ de la ponencia que entró en vigor en 2009. En los primeros ejercicios, con la idea de atenuar a los vecinos el impacto, el Consistorio aplicó rebajas de la referencia fiscal hasta que, como consecuencia de la aplicación de coeficientes reductores solicitados a Hacienda, la técnica fue la contraria: una subida del tipo para no perder el nivel de ingresos por la práctica congelación de los valores. En 2019, pasados los diez años, el Consistorio no modificó el impuesto, que permaneció invariable. En este ejercicio sí se producirá una ligera elevación, derivada de la puesta al día según la referencia de la inflación.
Así, dentro del proceso de la puesta al día de las ordenanzas de cara al siguiente ejercicio, a finales del año pasado se acordó que el tipo de 2020 se movería desde el 0,55% entonces vigente hasta el 0,56%. Una ligera elevación que no estuvo exenta del debate habitual en los últimos años.