ECONOMÍA
Las redes sociales se movilizan para apoyar a la hostelería
Surgen listados de establecimientos con servicio a domicilio o para recoger para facilitar el consumo mientras Asohtur lamenta que se ha decretado el cierre sin medidas compensatorias
La hostelería soriana sufre en estos días la cara más angustiosa de la crisis económica. La prohibición de ofrecer comida y bebida en el interior de sus establecimientos ha llevado a muchos establecimientos a cerrar sine die, mientras que otros han reconvertido su actividad al servicio de recogida para llevar o al reparto a domicilio. A través de las redes sociales han comenzado a surgir iniciativas para intentar que no se pierda el pulso.
Por ejemplo en Twitter José María Carrizosa lanzó un primer cabo. «Hablando con varios amigos, todos hemos decidido que, mientras podamos, vamos a pedir comida a casa al menos una vez por semana. La idea es echar una mano a todos los que podamos. ¿Nos ayudáis a hacer una lista de sitios de Soria que van a servir a domicilio o para recoger?». Ayer este tweet llevaba ya cerca de 130 ‘me gusta’ y se había compartido 76 veces, con lo cual es fácil presuponer que su alcance ha rebasado los cuatro dígitos.
Pero más allá de eso, son numerosas las personas que responden al llamamiento y aportan su información, en muchos casos acompañada de la carta del propio establecimiento reseñado. Hay ensaladas, hamburguesas, pizzas, comida japonesa, tapas y raciones, desayunos, almuerzos, cocina tradicional, tostas, bocadillos, menús degustación... Todo un compendio de lo que está ofreciendo en estos días un sector que lucha por sobrevivir.
También en Facebook, a través del Grupo ‘Eres de Soria si...’ y sus más de 21.000 seguidores, Verónica Manrique propuso la idea de listar los establecimientos con estos servicios y sus cartas. Al cierre de esta edición ya se superaban las 200 muestras de apoyo y el medio centenar de mensajes, de forma que quien quiera echar una mano puede consultar el post y elegir especialidades. Tanto en el caso anterior como en este, comienzan a aparecer iniciativas hosteleras para llevar en la Soria rural aunque la capital aporta la gran mayoría. Además, en la ciudad se extiende tanto por la zona más céntrica como por los distintos barrios.
No obstante, a pesar del apoyo ciudadano que están recibiendo estos listados, no todo es de color de rosa. «Muchos son autónomos o gente que tiene que trabajar sí o sí. No pueden permitirse un cese de actividad. Lo tienen que hacer porque no quedan más» alternativas, detalló el vicepresidente de la Asociación Soriana de Hostelería y Turismo (Asohtur), Pablo Cabezón. «Están haciendo lo que se puede y porque no pueden parar. Hay gente que ha preferido cerrar del todo» ante el panorama económico.
Cabezón calificó la regulación actual en torno a la hostelería como «contraproducente». En teoría, para la prevención de la Covid-19 se evita que los clientes puedan consumir sus alimentos o bebidas en sala «pero luego lo pueden tomar en la calle; o pedir seis amigos en una casa». Esto supone que se puede terminar en ambientes no tan controlados como los propios bares y restaurantes, donde sí había responsables de que se cumpliesen las normas establecidas.
Para el representante de la asociación sectorial «hay un problema, y es que no nos dicen claramente» la previsión que hay para el sector. «No puedes decirle a un hostelero que cierre 14 días y luego... no se sabe». Hay cuestiones como las compras de alimentos o la organización del personal que requieren cierta planificación y los vaivenes actuales dificultan sobremanera estar preparados.
«Se están haciendo las cosas muy mal», denunció Cabezón. A su juicio, las ayudas deben establecerse de forma paralela a las medidas restrictivas. Aunque ahora se anuncian decisiones para intentar paliar la situación del sector «no sabemos todavía cuáles. Hay que ser más claros, hay que tener medidas previstas. Ahora no sabemos ni a cuál acogernos».
Por otro lado, también evidenció la incongruencia de algunas de las limitaciones. Por ejemplo, los establecimientos que sirven a domicilio o preparan comida para llevar no tienen limitación horaria, pero como sus clientes sí tienen toque de queda a las 22.00 horas, de facto sufren esa hora límite. Una cuestión más que puede afectar incluso a quienes pelean por permanecer abiertos ofreciendo comida para llevar o a domicilio.
En definitiva, la situación es muy delicada para la hostelería, aunque surgen iniciativas de apoyo económico y moral para que no bajen definitivamente la persiana. En teoría, en diez días debería conocerse si se prorrogan las medidas o se reabre con cierta normalidad. De momento sólo queda acercarse a las ventanas o levantar el teléfono.