TURISMO
Un cementerio templario en Soria
El recurso turístico reforzará el vínculo con la leyenda de las Ánimas / Se instalará en una parcela del monte donde se ubica la creación becqueriana y se completará con una estatua de Gustavo Adolfo en el Centro de Recepción
Un nuevo atractivo turístico y una deuda simbólica saldada con uno de los grandes autores gracias a los que Soria está muy presente en el inmortal mundo de la literatura. El Ayuntamiento ha iniciado el proceso para dotar a la capital de un nuevo recurso para hacer más interesante la estancia de los visitantes y que su recuerdo sea más intenso. Paralelamente, resolverá el ‘debe’ de la población con Gustavo Adolfo Bécquer. Todo ello de la mano de una pequeña intervención con la que se refuerza la proyección de ‘El monte de las Ánimas’ y sus resonantes ecos. Se trata de la recreación de un cementerio templario, que bien podría ser el de los caballeros imaginados por el autor. Su emplazamiento, el propio monte.
Con varias placas y estatuas, la presencia machadiana está asentada desde hace años en el callejero y los parajes del poeta. Gerardo Diego lee y toma café en forma de estatua en el soportal del Casino de sus inquietudes sorianas. Y, aunque Bécquer tiene su Rincón y cada año va a más el Festival de las Ánimas (la lectura de la leyenda, con todo un ciclo previo sobre el terror y lo fantástico), no hay del autor sevillano una representación en bulto que haga patente su unión con Soria. Aquí entra el proyecto del cementerio templario, una instalación sin ninguna pretensión histórica, sino turística y literaria, que conlleva también la instalación de una estatua. No en el monte, sino en el aledaño Centro de Recepción de Visitantes, el llamado Fielato.
El camposanto de los guerreros está pensado como una sencilla instalación de diez estelas funerarias con las que dar forma a lo que Bécquer evocó. Se ubicará, explicó la concejala de Turismo, Yolanda Santos, en el camino que desde la carretera de Almajano sube al monte entre las construcciones próximas al Fielato y el puente de piedra. Una parcela municipal muy accesible lo albergará. Y hasta allí se trasladará, en refuerzo de la idea de lo fúnebre, la estatua del esqueleto que ahora se encuentra en la explanada del Centro de Recepción. Allí mismo, en el hueco que deje, estará la estatua de Bécquer.Una creación sencilla, un homenaje al autor de las leyendas ambientadas en Soria, pero al mismo tiempo un reclamo para los turistas. Osea, de un volumen tal que propicie lo que ahora encuentran muchos en las figuras de Machado junto al instituto, de Gerardo Diego en El Collado o de Leonor en La Mayor: acercarse y posar para una fotografía. En un tiempo de álbumes digitales y redes sociales, una gran promoción para Soria. Como, por otra parte, el cementerio.
La instalación ha sido adjudicada recientemente en cerca de 4.000 euros (las estelas) y 700 euros (los paneles informativos). Queda pendiente, eso sí, el visto bueno de Patrimonio, dado el entorno BIC de la margen izquierda del Duero. Son elementos removibles, sin apenas impacto, por lo que no es previsible que haya muchos reparos.
El Consistorio pensaba la actuación con motivo del 150 aniversario de la muerte de los hermanos Bécquer. Al menos, ha podido adjudicarse en el año correspondiente.Como en otros ámbitos, la pandemia ha modificado o demorado los planes. En todo caso, permanecerá como un foco de atracción. Sobre todo, teniendo en cuenta el amplio «tirón» que lo templario tiene hacia el público. Y el lugar inmejorable, el propio monte de la leyenda, un mirador estupendo además para otros enclaves. Alos pies, las márgenes y San Juan de Duero, con la perspectiva de la muralla y el cerro del Castillo. Cerca, el Centro de Recepción de Visitantes, con su servicio de información, hostelero y de exposiciones. También, a pocos metros, el nevero medieval acondicionado hace unos años.